Hasta un 80% se estima la caída de la producción del sector automotor en Venezuela, ante una eventual cese de operaciones y cierre de las ensambladoras Ford, Chrysler y General Motors. Analistas estiman que la fabricación de vehículos podría descender a menos de 1.000 unidades entre julio y diciembre.
Fuentes de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez) explicaron a este rotativo que la “paralización de operaciones” de las tres compañías traería al país “una caída en la producción de vehículos a más del 80% y, por ende, la quiebra inminente de cientos de concesionarios. Si hoy nadie consigue un vehículo nuevo, en los próximos meses la tarea será imposible. Solo podrán acceder los que cuenten con dólares para traerlo desde afuera”.
Datos de la Cavenez reflejan que el año pasado las tres compañías (Ford, Chrysler y GM) produjeron el 61,3% (12.121) de los vehículos nuevos que se fabricaron en el país.
A su vez, la información del ente también refleja que entre el período 2010-2014, se reportó un retroceso del 81% en la fabricación de carros cero kilómetros. Se pasó del ensamblaje de 104.357 vehículos a un mínimo histórico de 19.759.
Rigoberto Suárez, experto en el sector automotor, indicó que la situación de “Ford, Chrysler y General Motors es grave por la falta de divisas y materia prima para trabajar. El Gobierno no ha dado señales de reunirse con el sector para mejorar la situación. Incluso, su programa Venezuela Productiva Automotriz no ha cumplido tampoco las expectativas ante la alta demanda de automóviles nuevos (…) entre enero y septiembre la asignación de carros no sobrepasa las 1.500 unidades”.
El pasado martes, el secretario general del Sindicato Ford Motors, Gilberto Troya, aseguró que “no hay escenario productivo a partir del mes de septiembre ni octubre, noviembre o diciembre. Esto ha ocasionado abiertamente la amenaza (…) de la empresa Ford Motors de cerrar operaciones en Venezuela. Dejando sin empleo a 2.300 trabajadores“, anunció.
En respuesta, ayer Ford Motors de Venezuela manifestó su compromiso con la producción nacional y aseguró que continuará operando en el país. A través de un comunicado aseguró que “buscamos siempre las mejores alternativas que nos permitan la sostenibilidad del negocio y mantener nuestro compromiso con cada uno de nuestros colaboradores, generando desarrollo social y económico para el país”, puntualizó.
Dentro de Chrysler la situación es bastante similar, según comentó Christian Pereira, secretario general del sindicato. “Nos acercamos a un cierre definitivo. Estamos hablando de casi 11 mil trabajadores fijos de las ensambladora”, argumentó.
Pereira, quien además se desempeña como presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices, Autopartistas y Conexas (Futaac), dijo que se tiene previsto el ensamblaje de 600 camionetas solo si se concreta la liquidación de las divisas asignadas, de no hacerse efectivo en el último trimestre del año la terminación de vehículos nuevos será nulo.
A través de las redes sociales los usuarios reportaron su malestar por el posible cierre de tres principales empresas ensambladoras del país. En líneas generales solo quedarían operativas cuatro: Iveco, Mack, MMC y Toyota.
Carmen Pérez, abogada de 35 años, criticó la situación del mercado. “Tengo dos años tratando de comprar un carro nuevo y no consigo nada. Uno ya no tiene a donde acudir porque las vitrinas de los concesionarios están totalmente vacías y desde hace mucho tiempo. Como no hay carros nuevos, la opción que queda son los usados y esos están por las nubes”.
En mayo pasado, la unidad de la automotriz Ford Motor informó que comenzaría a vender sus autos a precios fijados en dólares, como una alternativa para reactivar sus operaciones paralizadas por falta de insumos.
“Empezamos con la venta (de autos) en divisas cerca de finales de junio o julio. Ya todo está muy adelantado”, explicó un vocero, en esa oportunidad.
A mediados de ese mes, informó que ya se habían comercializados 1.187 vehículos, a través del pago en dólares.
Miembros del mismo sindicato de Ford informaron, recientemente, que la medida no dio los resultados esperados y tampoco generó la divisas suficientes para mantener a flote la ensambladora.
Se espera que los trabajadores de las tres empresas automotrices asistan al Ministerio del Trabajo a fin de solicitar una intervención del Ejecutivo y así preservar los miles de puestos de trabajo que dependen de dicho sector automotor.
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