El papa Francisco se reunió con el rey Abdalá II de Jordania, a quien agradeció
el gesto de recibir a los miles de refugiados que han llegado al país árabe
huyendo del conflicto en Siria.
BBC Mundo
El papa Francisco se encuentra ya en tierra Santa.
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Posteriormente se dirigió al centro de la capital del país árabe donde
celebró una misa. Durante la homilía extendió su mano hacia los musulmanes y
envió un mensaje para la paz en la región.
"La paz no se puede comprar, no se vende", manifestó ante miles de personas que lo escuchaban.
Y añadió que "esa paz un don que debemos construir mediante gestos grandes y pequeños en nuestra vida cotidiana".
Después de la ceremonia se reunirá con los refugiados del conflicto sirio, con quien tuvo palabras de ánimo y de aliento durante de la homilía, recordando el gesto del gobierno jordano de recibirlos allí.
El plan de Francisco es visitar además otros dos países en estos tres días: Los territorios palestinos e Israel, imponiendo de nuevo un ritmo en las visitas papales, que recuerda a los numerosos peregrinajes que hicieron en el pasado sus antecesores como Juan Pablo II y Pablo VI.
Y el ritmo también será trepidante: el Papa dará 13 discursos, todos en italiano, que serán traducidos en los cinco idiomas oficiales del Vaticano, inglés, francés, alemán, español y portugués. Además se incluirán las traducciones al árabe en las ciudades de Ammán y Belén y al hebreo en Jerusalén.
El papa visitará a Jerusalén, ciudad santa para judíos, cristianos y musulmanes.
Y por supuesto, el Papa del fin del mundo continuará usando los símbolos de diálogo que lo han caracterizado en su pontificado. En este viaje, por ejemplo, estará acompañado de dos viejos amigos argentinos: el rabino Abraham Skorka y el ex secretario general del Centro Islámico de Buenos Aires, Omar Abboud.
Estos amigos son resultado de su extensa gestión al frente del arzobispado de Buenos Aires. Bergoglio, cuando era obispo, escribió un libro con Skorka llamado "Sobre el cielo y la tierra".
Pero no es un paseo de viejos amigos. Francisco viaja bien advertido sobre las potenciales bombas políticas y diplomáticas que se encontrará en este, su segundo viaje fuera de Italia. Por eso intentará apoyarse en el consejo de ambos líderes religiosos.
La razón oficial de la visita a Tierra Santa es la conmemoración de los 50 años de la histórica reunión en Jerusalén entre Pablo VI y la cabeza de la iglesia ortodoxa, el patriarca Atenágoras.
Esa reunión acabó con 900 años de separación y un profundo antagonismo entre dos de las vertientes más grandes del cristianismo: la occidental y la oriental. Ambos líderes derogaron los decretos de excomunión que había entre ellos.
Francisco tendrá al menos cuatro reuniones en privado con el sucesor de Atenágoras, el patriarca Bartolomeo de Constantinopla "el primero entre iguales" en la iglesia ortodoxa.
Aunque no se espera una revelación sorprendente durante las reuniones, habrá un evento que llamará mucho la atención: el Papa y Bartolomeo rezarán juntos en la iglesia del Santo Sepulcro, donde la tradición afirma fue el lugar donde fue llevado Jesús después de la crucifixión.
Este es un gesto que continúa lo iniciado el año pasado cuando Francisco invitó a Bartolomeo a su misa inaugural y que significa un esfuerzo más en reestablecer la unidad cristiana, que es una de las prioridades del jefe del Vaticano.
Pero logró llegar a Acre –ahora parte del estado de Israel- en 1219, donde inició varias fundaciones para aumentar la presencia franciscana en Medio Oriente. Algunas de ellas, milagrosamente, aún continúan funcionando.
De hecho, unos 300 frailes de esta orden religiosa tienen encomendados de manera oficial el cuidado y la custodia de los lugares santos en Medio Oriente.
Pero los lugares santos han ido perdiendo su dignidad cristiana. Agunos sacedortes locales llaman a las iglesias cristianas la "Disneylandia espiritual", llena de turistas y con poco sentido espiritual, por la poca presencia de cristianos originarios.
El éxodo de estas comunidades, además, se ha extendido a una extensa área de Medio Oriente, no solo de los territorios palestinos.
Dos de las comunidades cristianas más antiguas en Medio Oriente, los católicos caldeos de Irak y los católicos sirios, donde han sido diezmados por la guerra.
Al final del mandato Británico en Palestina en 1947, la población cristiana en Belén era del 85%. En la actualidad difícilmente alcanza el 18% y continúa disminuyendo como resultado de la alta tasa de nacimientos de descendientes musulmanes y la emigración debido a las difíciles condiciones económicas y las medidas de seguridad israelíes.
Por ejemplo, en la ciudad vieja de Jerusalén, la presencia cristiana llega al 1,5%.
Y el empeño del cristianismo, representado en el Vaticano, ha sido negociar con Israel para darles un estatus legal y fiscal a sus lugares santos.
Entre ellos está el Cenáculo, un edificio histórico construido en Jerusalén donde se cree que Jesús tuvo la última cena con los apóstoles en la víspera de su crucifixión.
De hecho, uno de los eventos programados en la visita de Francisco es la celebración de una misa en el edificio del Cenáculo.
Y es aquí donde el Papa podría tener algunas complicaciones: este edificio también es sagrado para los judíos y los musulmanes. Se cree que en este lugar está enterrado el rey David y además existe una mezquita construida en el techo del edificio
El Vaticano se ha mantenido, con gran determinación, a favor de la idea de una solución de dos estados en el conflicto palestino-israelí y con la internacionalización de Jerusalén en el nombre de la libertad religiosa.
El gobierno israelí, en cambio, es menos entusiasta acerca del estado Palestino y afirma que Jerusalén debe permanecer como la " capital eternamente indivisible".
Israel además es recelosa con la actitud del Vaticano a desclasificar sus archivos de la II Guerra Mundial y la posición del papa Pío XII durante el holocausto.
Eso lo sabe Francisco. Las demandas sobre religión y política serían un camino obvio durante su visita y por eso ha diseñado un recorrido muy cuidadoso en su ruta entre Ammán y Jerusalén.
Por ejemplo, la paz entre israelíes y palestinos ha sido uno de los mayores empeños en la política exterior de su pontificado.
Ahora que va a tener frente a frente a los principales protagonistas de esta historia, decidirá qué tan lejos irá en tratar de que ambas partes regresen a los diálogos que fueron suspendidos abruptamente en abril.
"La paz no se puede comprar, no se vende", manifestó ante miles de personas que lo escuchaban.
Y añadió que "esa paz un don que debemos construir mediante gestos grandes y pequeños en nuestra vida cotidiana".
Después de la ceremonia se reunirá con los refugiados del conflicto sirio, con quien tuvo palabras de ánimo y de aliento durante de la homilía, recordando el gesto del gobierno jordano de recibirlos allí.
Un viaje especial
Este es un viaje bastante especial para Francisco. Es su primer viaje a Tierra Santa como pontífice. A Jerusalén, a una tierra que es santa no solo para los católicos, sino también para las otras dos grandes religiones monoteístas: el islam y los judíos.El plan de Francisco es visitar además otros dos países en estos tres días: Los territorios palestinos e Israel, imponiendo de nuevo un ritmo en las visitas papales, que recuerda a los numerosos peregrinajes que hicieron en el pasado sus antecesores como Juan Pablo II y Pablo VI.
Y el ritmo también será trepidante: el Papa dará 13 discursos, todos en italiano, que serán traducidos en los cinco idiomas oficiales del Vaticano, inglés, francés, alemán, español y portugués. Además se incluirán las traducciones al árabe en las ciudades de Ammán y Belén y al hebreo en Jerusalén.
Viejos amigos
Francisco es el cuarto jefe de la iglesia de Roma en visitar Tierra Santa. Anteriormente estuvieron allí Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, quien realizó su última visita en 2009.El papa visitará a Jerusalén, ciudad santa para judíos, cristianos y musulmanes.
Y por supuesto, el Papa del fin del mundo continuará usando los símbolos de diálogo que lo han caracterizado en su pontificado. En este viaje, por ejemplo, estará acompañado de dos viejos amigos argentinos: el rabino Abraham Skorka y el ex secretario general del Centro Islámico de Buenos Aires, Omar Abboud.
Estos amigos son resultado de su extensa gestión al frente del arzobispado de Buenos Aires. Bergoglio, cuando era obispo, escribió un libro con Skorka llamado "Sobre el cielo y la tierra".
Pero no es un paseo de viejos amigos. Francisco viaja bien advertido sobre las potenciales bombas políticas y diplomáticas que se encontrará en este, su segundo viaje fuera de Italia. Por eso intentará apoyarse en el consejo de ambos líderes religiosos.
La razón oficial de la visita a Tierra Santa es la conmemoración de los 50 años de la histórica reunión en Jerusalén entre Pablo VI y la cabeza de la iglesia ortodoxa, el patriarca Atenágoras.
Esa reunión acabó con 900 años de separación y un profundo antagonismo entre dos de las vertientes más grandes del cristianismo: la occidental y la oriental. Ambos líderes derogaron los decretos de excomunión que había entre ellos.
Francisco tendrá al menos cuatro reuniones en privado con el sucesor de Atenágoras, el patriarca Bartolomeo de Constantinopla "el primero entre iguales" en la iglesia ortodoxa.
Aunque no se espera una revelación sorprendente durante las reuniones, habrá un evento que llamará mucho la atención: el Papa y Bartolomeo rezarán juntos en la iglesia del Santo Sepulcro, donde la tradición afirma fue el lugar donde fue llevado Jesús después de la crucifixión.
Este es un gesto que continúa lo iniciado el año pasado cuando Francisco invitó a Bartolomeo a su misa inaugural y que significa un esfuerzo más en reestablecer la unidad cristiana, que es una de las prioridades del jefe del Vaticano.
Éxodo cristiano
San Francisco de Asís, el santo del cual el Papa tomó el nombre, nunca pudo estar en Jerusalén, ni en la iglesia del Santo Sepulcro.Pero logró llegar a Acre –ahora parte del estado de Israel- en 1219, donde inició varias fundaciones para aumentar la presencia franciscana en Medio Oriente. Algunas de ellas, milagrosamente, aún continúan funcionando.
De hecho, unos 300 frailes de esta orden religiosa tienen encomendados de manera oficial el cuidado y la custodia de los lugares santos en Medio Oriente.
Pero los lugares santos han ido perdiendo su dignidad cristiana. Agunos sacedortes locales llaman a las iglesias cristianas la "Disneylandia espiritual", llena de turistas y con poco sentido espiritual, por la poca presencia de cristianos originarios.
El éxodo de estas comunidades, además, se ha extendido a una extensa área de Medio Oriente, no solo de los territorios palestinos.
Dos de las comunidades cristianas más antiguas en Medio Oriente, los católicos caldeos de Irak y los católicos sirios, donde han sido diezmados por la guerra.
Al final del mandato Británico en Palestina en 1947, la población cristiana en Belén era del 85%. En la actualidad difícilmente alcanza el 18% y continúa disminuyendo como resultado de la alta tasa de nacimientos de descendientes musulmanes y la emigración debido a las difíciles condiciones económicas y las medidas de seguridad israelíes.
Por ejemplo, en la ciudad vieja de Jerusalén, la presencia cristiana llega al 1,5%.
Y el empeño del cristianismo, representado en el Vaticano, ha sido negociar con Israel para darles un estatus legal y fiscal a sus lugares santos.
Entre ellos está el Cenáculo, un edificio histórico construido en Jerusalén donde se cree que Jesús tuvo la última cena con los apóstoles en la víspera de su crucifixión.
De hecho, uno de los eventos programados en la visita de Francisco es la celebración de una misa en el edificio del Cenáculo.
Y es aquí donde el Papa podría tener algunas complicaciones: este edificio también es sagrado para los judíos y los musulmanes. Se cree que en este lugar está enterrado el rey David y además existe una mezquita construida en el techo del edificio
El papa Francisco afirmó que este viaje era estrictamente religioso y servirá
para encontrarse con el líder de la iglesia ortodoxa, Bartolomeo de
Constantinopla
Caminando con cuidado
Entonces ¿cuáles son las principales dificultades que impiden una mejor relación entre el Vaticano e Israel?El Vaticano se ha mantenido, con gran determinación, a favor de la idea de una solución de dos estados en el conflicto palestino-israelí y con la internacionalización de Jerusalén en el nombre de la libertad religiosa.
El gobierno israelí, en cambio, es menos entusiasta acerca del estado Palestino y afirma que Jerusalén debe permanecer como la " capital eternamente indivisible".
Israel además es recelosa con la actitud del Vaticano a desclasificar sus archivos de la II Guerra Mundial y la posición del papa Pío XII durante el holocausto.
Eso lo sabe Francisco. Las demandas sobre religión y política serían un camino obvio durante su visita y por eso ha diseñado un recorrido muy cuidadoso en su ruta entre Ammán y Jerusalén.
Por ejemplo, la paz entre israelíes y palestinos ha sido uno de los mayores empeños en la política exterior de su pontificado.
Ahora que va a tener frente a frente a los principales protagonistas de esta historia, decidirá qué tan lejos irá en tratar de que ambas partes regresen a los diálogos que fueron suspendidos abruptamente en abril.
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