Brutal represión contra una marcha estudiantil

Los jóvenes protestaban contra un ataque a un centro universitario y la detención de dos conocidos alcaldes opositores

Diario Las Americas

Efectivos de la Guardia Nacional y la Policía Nacional reprimieron el jueves una concentración de estudiantes en Caracas que pretendió marchar para protestar contra los ataques a las universidades ocurridos en los últimos días, y repudiar la detención de los alcaldes opositores de San Cristóbal y San Diego, que tuvieron lugar el miércoles en la noche.

Cientos de universitarios se congregaron desde horas de la mañana en la zona de Bello Monte, en el centro este de la capital venezolana, en rechazo al agresiones sufridas por un grupo de 15 estudiantes de Arquitectura, que fueron agredidos dentro de la Universidad Central de Venezuela (UVV) la noche anterior por encapuchados motorizados que los maniataron y desnudaron.

La detención de los alcaldes Daniel Ceballos, de San Cristóbal, y Enzo Scarano, de San Diego (este último destituido además por el Tribunal Supremo de Justicia por el supuesto desacato de un recurso de amparo), dio un motivo adicional para la protesta de los universitarios, que han liderado las manifestaciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro durante el último mes.

Al sitio de la concentración acudieron el alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma y el gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonski, quienes repudiaron la detención de sus colegas y señalaron que se trata de un claro abuso de autoridad y criminalización de la oposición.

“Nuestra lucha es contra un régimen que tiene cabeza de dictador, pecho de dictador y voz de dictador”, indicó el alcalde de la capital venezolana, quien agregó que la represión del Gobierno no hace otra cosa que unir más a quienes se oponen al actual modelo político.

Por su parte, el líder de la oposición, aseguró que con la detención de los alcaldes opositores Maduro “le pone gasolina a la candela y sólo él será responsable de la situación en el país”.

Horas antes, los alcaldes del municipio Sucre, Carlos Ocariz, y de El Hatillo, David Smolansky, que forman parte del área metropolitana de Caracas, acudieron en la madrugada a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), donde fueron recluidos Scarano y Ceballos, para expresarles su apoyo.

La detención de ambos mandatarios locales ocurrió al final de la tarde del miércoles tras participar en una reunión de los 76 alcaldes de oposición, que se reunieron en Caracas para conformar una asociación de burgomaestres democráticos.

La marcha no pudo partir
Desde el miércoles las autoridades del municipio Libertador (que gobierna el chavista Jorge Rodríguez) anunciaron que impedirían cualquier movilización por cuanto ninguna solicitud de autorización había sido presentada para tal efecto.

Alrededor de la concentración se apostaron efectivos de la Policía y la Guardia Nacional, que bloquearon todas las vías para impedir la movilización de los estudiantes. Estos comenzaron a caminar, primero hacia el oeste, en dirección al Servicio SEBIN, pero una unidad antimotines que despliegó paredes metálicas a lo largo de la calle les impidió el paso.

Luego los universitarios tomaron la dirección opuesta hacia la UCV, pero a pocos metros se encontraron con un nuevo piquete policial que les cerró el camino. 

Tras intentar infructuosamente dialogar con las autoridades para que les permitieran pasar, los jóvenes intentaron desviarse por las vías laterales hacia los sectores capitalinos de Las Acacias, Los Chaguaramos y Santa Mónica, pero en todas partes encontraron bloqueadas las calles por efectivos policiales.

Hacia la 1:30 p.m., algunos estudiantes comenzaron a lanzar piedras contra los uniformados mientras que algunos policías y guardias nacionales respondieron con las mismas piedras a los universitarios. En algún momento resultó golpeada una uniformada que cayó al piso (del lado de los jóvenes también hubo lesionados por esta causa) y comenzaron las detonaciones de bombas lacrimógenas.

Aunque los estudiantes lanzaban los cilindros de gas pimienta al río Guaire, que corre paralelo a la Avenida Río de Janeiro, donde protestaban, el efecto de los gases hizo retroceder a los jóvenes, que se replegaron unas cuadras más atrás. Frente al punto inicial de concentración, fueron derribados un semáforo y varias señales de tránsito.

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