Un recorrido por momentos del papa Francisco, nombrado personalidad del año por la revista Time


La revista Time nombró este miércoles al papa Franciso como personalidad del año en 2013, al destacar que desde su llegada al Vaticano cambió "el tono, la percepción y el enfoque" de la Iglesia Católica.

NUEVA YORK / AFP 

Detrás del papa Francisco se ubicó el exconsultor de la NSA, el estadounidense Edward Snowden, que reveló el programa secreto de espionaje del gobierno de su país.

El papa Francisco, el primer latinoamericano y argentino que llega a lo más alto de la Iglesia Católica, fue "una elección muy interesante este año", indicó Nancy Gibbs, editora de la revista Time al formular el anuncio en el canal NBC.
Francisco, "cambió el tono, la percepción y el enfoque de una de las instituciones más grandes del mundo con un extraordinario peso", agregó.


Entre los cinco finalistas se encontraban además la estadounidense Edith Windsor, quien ganó un caso ante la Corte Suprema de su país sobre los derechos de las parejas homosexuales; el presidente sirio Bashar al Asad, en el poder a pesar de las presiones internacionales; y el senador norteamericano Ted Cruz, responsable de la estrategia republicana para forzar la parálisis del gobierno de su país meses atrás.


En 2012, la personalidad del año de Time fue el presidente estadounidense Barack Obama, reelecto en su cargo en aquel momento.



El 17 de noviembre el papa Francisco terminó su ángelus aconsejando a los fieles que tomen un "medicamento" "bueno para el corazón", la 'Misericordina', que en realidad es un rosario en una caja.


El Sumo Pontífice apareció en la plaza San Pedro del Vaticano para felicitar a los novios de la Asociación Arcoiris Marco Iagulli Onlus que iban a casarse allí.

El Papa lo vio en la Plaza de San Pedro de Roma, con su cara deformada, y se detuvo para abrazarle. A sus 53 años, Vinicio Riva, rememora ese momento. Las imágenes dieron la vuelta al mundo.


El amor hacia los niños ha sido captada en cientos de imágenes. El Papa suele romper el protocolo, acercándose a las multitudes, pese a los riesgos de seguridad que ello supone.


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