"El pánico me invade cuando viajo"

Pasajeros abordan un autobús en La Bandera
Alex Delgado

EL NACIONAL.com

***Vecinos de los caseríos adyacentes a la carretera vieja a Oriente suelen presenciar hasta cinco robos diarios. El hampa desplaza a los comerciantes de la localidad.

El camino es largo e inhóspito.


En la carretera vieja a Oriente ­conocida como el eje vial 5, integrado por la troncal 9, Caucagua y El Guapo en Miranda­ los robos a conductores se convirtieron en parte de la ruta. El atraco más reciente ocurrió el viernes en la noche en un autobús de Aeroexpresos Ejecutivos con 52 pasajeros.

"Nunca en mi vida sentí una sensación así", relata Paola González.

Ella iba en el segundo piso del colectivo cuando seis hombres con pasamontañas subieron armados para despojarlos de sus pertenencias y desviarlos a un camino de tierra. Los obligaron hacer una fila. "Se comunicaban por celular con alguien. Escuché llegar dos motos y una camioneta, nos decían que no los viéramos, pues solamente uno de ellos tenía la cara descubierta. Luego huyeron al saber que se aproximaba la policía", explica.

A los pasajeros se les erizó la piel del susto. Una mujer embarazada, de 41 años de edad, sufrió un aborto por los nervios. "Esperaba mi tercer hijo, estaba muy contenta. Tenía 4 cuatro meses y era de alto riesgo, no podía exponerme a ese tipo de situaciones", afirma.

Ella prefiere reservar su identidad por miedo a represalias laborales contra su esposo.

El hecho marcó a los pasajeros. Paola González dice que volvió a pasar por la carretera donde sucedió el asalto, pues iba al entierro de su abuela en El Tigre, estado Anzoátegui.

"No agarré autobús, pagué un taxi. Y, ahora, sé que el pánico me invade cuando viajo".

En la carretera vieja a Oriente solamente operan siete patrullas policiales, con las que intentan brindar seguridad a los conductores. En épocas de vacaciones, de mayor afluencia, son insuficientes.

El robo al colectivo de Aeroexpresos Ejecutivos no es la única referencia. Una semana antes un autobús con 69 niños y 20 adultos fue asaltado en las cercanías de una cauchera en Caucagua. Iban en plan vacacional a los ríos de Tacarigua y Mamporal cuando fueron interceptados por ladrones, y terminaron en un hospital para contener la crisis de nervios de los pequeños.

Los delincuentes hicieron una barricada con troncos para interceptarlos. Fueron capturados, pero el temor de los niños continuó en sus hogares. En total, los habitantes de los barrios adyacentes a la carretera vieja a Oriente suelen presenciar hasta cinco robos diarios a conductores.

Ruta del miedo

Cuando atracaron el autobús Aeroexpresos Ejecutivos en Caucagua, Clara Rodríguez ­residente del barrio Cinco de Tapipa­ reveló una ecuación conocida. "Pasan por las carreteras en motos para cazar a conductores accidentados. Si encuentran uno, llaman a los demás para robarlos. Son como una jauría de perros", asegura.

Para ella, el hampa se convirtió en cotidianidad. Quedarse sentado en una sillita de mimbre para ver el atardecer es cosa de antaño, después de las 6:00 pm no hay rincones seguros.

Habitantes de Santa Ana, Los Cerritos, El Clavo, San Rafael, El Guapo y Aragüita sufren el mismo desencanto. "Roban y matan a cualquier hora. Si hay mujeres solas en la noche las violan en los matorrales", alertan en los caseríos.

Todos tienen miedo a denunciarlos, aunque llevan una cuenta pormenorizada de los delitos. Recuerdan, por ejemplo, el asesinato del copiloto de una camioneta que cargaba flores, ocurrido en mayo.

"Les montaron una alcabala con troncos. Los muchachos no tenían plata, entonces les pegaron unos tiros. Los atendieron en el CDI, pero uno llegó muerto".

Los comerciantes informales de las carreteras completan el relato con sus vivencias. Ellos han sido desplazados por el hampa, pues son escasos los que después de las 3:00 pm mantienen sus puestos en las carreteras. "Nos recogemos temprano por miedo a los ladrones. Las ventas están malas por esa situación", afirma Dayana Rivas, una vendedora de frutas.

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