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Tiempo que no se tenían noticias de Héctor Rodríguez, el fogoso dirigente estudiantil que envejeció al entrar a Miraflores y fungir de ministro de la Secretaría. Ahora, como titular de Deportes le tocó lidiar con un incidente, que casi ni merece la atención de los medios: una jugadora del equipo de Hong Kong, que participaba en el Mundial de Beisbol Femenino, corría de segunda a tercera, y un balazo en la pierna casi la pone out. El hecho es que ocurrió en el estadio de Fuerte Tiuna, donde el traqueteo de las armas y el acento cubano es lo que más se oye. Al pana Héctor, que ha aprendido de su jefe el arte del disimulo, le bastó con decir que fue un "un hecho aislado"; pero terminó de pronunciar la frase y miró a los lados. Demasiados locos sueltos y con armas.
Tiempo que no se tenían noticias de Héctor Rodríguez, el fogoso dirigente estudiantil que envejeció al entrar a Miraflores y fungir de ministro de la Secretaría. Ahora, como titular de Deportes le tocó lidiar con un incidente, que casi ni merece la atención de los medios: una jugadora del equipo de Hong Kong, que participaba en el Mundial de Beisbol Femenino, corría de segunda a tercera, y un balazo en la pierna casi la pone out. El hecho es que ocurrió en el estadio de Fuerte Tiuna, donde el traqueteo de las armas y el acento cubano es lo que más se oye. Al pana Héctor, que ha aprendido de su jefe el arte del disimulo, le bastó con decir que fue un "un hecho aislado"; pero terminó de pronunciar la frase y miró a los lados. Demasiados locos sueltos y con armas.
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