Según IVAD el 67% de los venezolanos tiene una visión pesimista del futuro del país

Como si intentar llenar los zapatos de Hugo Chávez no hubiese sido suficientemente difícil, Nicolás Maduro, de 50 años, no empezó bien: cuando todas las encuestas le daban una amplia victoria ante el opositor Henrique Capriles en las elecciones de abril, triunfó por apenas 220.000 votos o 1,49 puntos porcentuales.

Hubo murmullos en el oficialismo sobre cómo Maduro pudo haber malgastado el margen de victoria de 11 puntos de Chávez en las presidenciales previas, a pesar de la ola de simpatía por su muerte. Muchos apuntaron a una campaña electoral mediocre.

Derrotado, Capriles no aceptó los resultados acusando a Maduro de fraude y, desde entonces, la coalición de partidos opositores ha tachado al Gobierno de ilegítimo e incompetente. Sin embargo, el árbitro electoral y los tribunales desecharon la denuncia y los vecinos sudamericanos respaldaron a Maduro, ayudándolo a apuntalar su posición política.

De hecho, su principal amenaza ya no es el conflicto post electoral, sino la debilitada economía del país OPEP.

Según una reciente encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), 67 % de los venezolanos tiene una visión pesimista del futuro del país, 20 puntos más que durante la elección de abril. La aprobación de Nicolás Maduro, sin embargo, apenas ha caído algunos puntos a entre 45 y 50 por ciento según encuestadoras locales, quizá por la fidelidad de los chavistas al llamado que les hizo Chávez, antes de morir, de apoyar a Maduro.

Independientemente de la política, los venezolanos de todos los sectores socioeconómicos están hartos de los cortes de energía y subidas de precios, de un 45% en un año.

“Yo voté por Chávez, luego por Maduro, pero esto se está volviendo intolerable”, dijo Margarita Vivas, una secretaria de 43 años, a la salida de un supermercado en El Paraíso en Caracas.

“Tengo que decir la verdad, aunque duela: el socialismo me está haciendo más pobre”, agregó Vivas mirando las banderas rojas con la cara de Chávez y los carteles electorales de Maduro en las paredes del supermercado.

Las cifras de Capriles también han bajado, luego de que perdió el desafió electoral y su perfil mediático disminuyó.

“Maduro todavía tiene el beneficio de la duda. Pero si después de un año, todavía está tratando de actuar como Chávez, la gente puede cansarse y su popularidad podría caer por debajo de 30%”, dijo David Smilde, profesor de sociología en la Universidad de Georgia y estudioso de Venezuela por décadas.

“Él tiene que desarrollar políticas propias”, agregó el profesor internacional.


Con información de Reuters

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