Reuters.
Este martes, alias “Danilo García”, falleció en un bombardeo en una zona selvática del noreste de Colombia. La
víctima era líder de una columna móvil de la Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FARC) y estaba vinculado con el máximo
comandante de los rebeldes. El hecho surge como una demostración de que la
ofensiva militar contra la insurgencia continúa pese a la negociación de paz,
informó el miércoles el ministro de Defensa.
La muerte de García, mano derecha del jefe
máximo de esa organización, Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, se produjo
cerca al municipio de Hacarí, en el departamento de Norte de Santander,
fronterizo con Venezuela.
Se trata del primer líder destacado de las
izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que muere pese
al anuncio del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y del grupo rebelde de
iniciar en octubre próximo una negociación de paz para buscar poner fin al
conflicto interno de casi cinco décadas, el más prolongado del hemisferio.
“Era reconocido como la mano derecha de alias
Timochenko, militó en las FARC por más de 37 años y llenó de terror la zona del
Catatumbo por décadas”, dijo el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, quien
recibió de Santos la orden de intensificar la ofensiva militar contra el grupo
rebelde pese a los diálogos de paz que se instalarán en Noruega y luego se
trasladarán a Cuba.
El ministro aseguró que alias “Danilo García”, de
54 años, prestaba apoyo logístico y seguridad al máximo comandante de las FARC y
que estaba acusado de varios ataques a la infraestructura petrolera y energética
del país, así como a las Fuerzas Militares y de Policía.
Adicionalmente, hacía parte de los 50 líderes de
las FARC solicitados en extradición por Estados Unidos por cargos de
narcotráfico y terrorismo, precisó Pinzón.
Aunque el Gobierno y el grupo rebelde activo más
antiguo del hemisferio acordaron iniciar una negociación de paz, la misma no
contempla un cese al fuego, por lo que analistas y el propio Gobierno temen un
aumento de los ataques de la guerrilla y de la violencia.
La negociación se iniciará en medio de una
reciente intensificación del conflicto, con ataques de la insurgencia a
instalaciones del sector petrolero, minero y energético, mientras que las
Fuerzas Militares mantienen su ofensiva contra los rebeldes.
Pese a que han sido debilitadas por la intensa
persecución en la que han muerto influyentes comandantes como Raúl Reyes, Víctor
Julio Suárez y Alfonso Cano, las FARC -consideradas como una organización
terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea- todavía tienen capacidad para
realizar ataques de gran impacto, incluso en ciudades.
El grupo rebelde aumentaría sus ataques para
demostrar poder militar y tratar de mantener una posición dominante en la mesa
de negociación, de acuerdo con analistas.
La última negociación de paz entre el Gobierno
colombiano y las FARC, que cuentan con unos 8.000 combatientes, se realizó
durante la presidencia del conservador Andrés Pastrana y se extendió entre 1999
y el 2002, pero fracasó por la intensidad de la ofensiva militar y los
secuestros por parte del grupo rebelde.
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