Este domingo es el Día del Árbol, aquí algunas razones para cuidar a estos “amigos” verdes


Especial VITALIS / Caracas 

Como todos los seres vivos, los árboles necesitan atención a fin de asegurar su sano crecimiento, y el cumplimiento de sus funciones vitales. Así lo afirmó el Biólogo Diego Díaz Martín, Presidente de VITALIS y Director de Proyecto Avila de la Universidad Metropolitana, a propósito de la celebración este domingo 27 del Día del Árbol.

Pese a su importancia, Díaz considera que “alrededor del 70-80% de los árboles de ciudades como Caracas presentan enfermedades como la tiña, el guatepajarito o el gusano de la palma, y requieren de un tratamiento fitosanitario adecuado para asegurar su vitalidad”.

El valor de los árboles
Absorben el dióxido de carbono, que es transformado en substancias nutritivas para la misma planta y el resto de los seres vivos

Liberan oxígeno como parte de la fotosíntesis

Con el crecimiento de sus raíces, airean la tierra

Purifican el aire y reducen el calentamiento de la tierra

Desempeñan una función vital en la regulación de los ciclos climáticos e hidrológicos

Sirven de alimento y refugio a decenas de seres vivos, incluyendo a los seres humanos

Fuente de madera para la construcción

Dependiendo de la especie, proveen frutas, caucho, corcho, tinturas, fibras, aceites y medicamentos

El látex se utiliza para fabricar neumáticos, tubos, prendas de vestir, goma y cola.

Símbolo de culturas y civilizaciones

Atractivo para el turismo y la recreación.

Proveen sombra en lugares de alta exposición solar.

Son hogar por excelencia de la biodiversidad urbana.

Árboles se enferman
El técnico de VITALIS y la UNIMET explicó que el guatepajarito crece como planta parásita, en forma de enredadera, en las ramas de los árboles y arbustos, después de ser diseminadas sus semillas por las aves a través de sus picos o por el excremento, las cuales al germinar, sus raíces penetran los árboles, aprovechándose fisiológica y metabólicamente de ellos.

La tiña, aun cuando su comportamiento parezca epifito, produce necrosis del tejido vegetal, lo cual la cataloga como parásita. En el caso del gusano de la palma, éste es la fase juvenil de un insecto del grupo de las mariposas y sigue haciendo estragos en la ciudad, tras la desaparición de los programas que estaban orientados a controlarlo, y la migración local de sus depredadores naturales.

Pese a la crítica situación de muchos árboles, Díaz Martín resalta que hay una buena noticia: los árboles responden bien al tratamiento fitosanitario, eso sí, si se realiza por expertos, al inicio o mitad de la temporada de lluvias, nunca cuando está por terminar.

Competencia de las Alcaldías
VITALIS destaca que es competencia de las Alcaldías el mantenimiento de las áreas verdes, y está en los vecinos, y la ciudadanía en general, exigir su debida atención.

Para la Ingeniera Yazenia Frontado, Directora de Proyectos de VITALIS y Coordinadora Técnica de Proyecto Avila de la UNIMET, los municipios deberían contar con un inventario de sus árboles, así como un programa permanente de monitoreo, que permita, con rigurosa periodicidad, atenderlos fitosanitariamente, controlando los parásitos, asegurando su riego, impulsando las iniciativas de fertilización que se requieran, y realizando podas moderadas que aseguren su sano crecimiento, y eviten riesgos para los mismos árboles y los ciudadanos.

Historia del Día del Árbol
Originalmente, la Fiesta del Árbol se celebraba con carácter de obligatoriedad en todas las escuelas del país el 23 de mayo, de acuerdo con el decreto de Cipriano Castro del 10 de abril de 1905. En 1909 se trasladó la fecha al 15 de mayo. Sin embargo, posteriormente el 29 de mayo de 1948 se declaró al araguaney Árbol Nacional, y desde entonces, se consideraba esa fecha como Día del Árbol. Tres años después, una resolución del Ministerio de Educación del 19 de mayo de 1951, dispuso celebrar la Semana del Árbol, tomando como su Día el último domingo del mes de mayo.

Los árboles en la cultura y la historia
Los árboles han sido testigos incondicionales de nuestra cultura e historia. Entre ellos, cabe destacar la Ceiba de San Francisco, en medio de la Avenida Universidad, frente a la iglesia del mismo nombre; el Samán de Catuche, cerca del Panteón Nacional, que cobijó a Andrés Bello en sus años estudiantiles; y el famoso Samán de Güere, el más conocido de todos, bajo cuya sombra bailaban nuestros indígenas, clamando por la lluvia en los tiempos de sequía, y que sirvió de inspiración a cientos de hombres y mujeres que han jurado paz y libertad para nuestro pueblo por varias décadas.

Pese a ello, muchos árboles son podados en forma severa, clavados como si se tratara de paredes listas para anunciar productos, pintados “para adornar el paisaje” y hasta cortados impunemente, "porque impiden el desarrollo de una obra o infraestructura".

Si cada uno de los habitantes de este país nos comprometiéramos a plantar un árbol cerca de nuestras casas, escuelas o lugares de trabajo, comprometiéndonos a velar por su cuidado y conservación, estaríamos garantizando al menos 20 millones de nuevos árboles que tanta falta le hacen a nuestro país. Pero eso si, en los lugares apropiados y con las especies adecuadas.

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