Funcionarios de Mérida demuestran respeto y amor por la profesión bomberil

El mayor (B) Iván Rojas Saavedra, director del Poder Popular de Bomberos del estado Mérida, felicita a todos los funcionarios en su Día.

El sargento segundo (B) Manolo Miguel Acosta Pereira es fiel representación del amor que sienten los funcionarios por la profesión bomberil.


El trabajo de los efectivos bomberiles es abnegado y profesional

Bomberos conmemoran hoy su Día Nacional.

OCI/Bomberos/OCH
Foto: William Muñoz
++++ Bomberos celebran su Día Nacional, La dirección del Poder Popular de Bomberos del estado Mérida también conmemora este año sus bodas de oro con un efectivo trabajo dirigido a la comunidad.

La profesión del bombero es símbolo de entrega al prójimo, dedicación en todas las labores que realizan para resguardar a la ciudadanía, además de una gran mística y solidaridad en cada una de las acciones que emprenden, todo con el firme propósito de ofrecer una oportuna y eficiente atención a la comunidad cuando así lo requieran.
Este organismo de seguridad y prevención, tiene distribuidas sus operaciones en tres sectores que trabajan mancomunadamente en los procedimientos y emergencias que atienden día a día, contando además con la Brigada de Respuesta y Atención Inmediata y la Brigada de Operaciones Especiales.
Uno de estos sectores es el de Búsqueda y Rescate, que cuenta con 260 efectivos. También está el departamento de Emergencia Prehospitalaria, representado por 290 funcionarios, y el de Combate de Incendio con 260 efectivos, quienes actúan debidamente a la hora de presentarse una emergencia, utilizando estrategias y tácticas de acuerdo a las prioridades del evento.
Funcionarios que aman la profesión del bombero
Hoy, en la celebración del Día Nacional del Bombero y la conmemoración de los 50 años de la creación del Cuerpo de Bomberos del estado Mérida, son los mismos funcionarios los que dan testimonio fiel de lo que representa portar el uniforme de azul y rojo que los identifica como “Guardianes de la Vida”, y que les permite dar el todo por el todo para salvar el mayor número de vidas posible.
El sargento segundo (B) Manolo Miguel Acosta Pereira, adscrito al sector de Búsqueda y Rescate, quien labora en el cuartel de bomberos “Coronel Vicente Campo Elías” como milla tres o jefe de rescate en las unidades de emergencia, es fiel testigo del amor que poseen los funcionarios bomberiles por esta profesión tan hermosa.
Este funcionario tiene 13 años trabajando como bombero profesional, estuvo dos años como voluntario y desde entonces aprendió a querer la institución bomberil y a valorar esta profesión. En este sentido, fue invitado a compartir con todos los ciudadanos sus anécdotas y su proceder cuando atiende las emergencias.
“Es maravilloso ser bombero y entregar mi trabajo a la ciudadanía”
Acosta manifestó que cuando sale de su casa al trabajo se encomienda a Dios y le pide protección para su familia y para toda la ciudadanía merideña.
“Cuando me pongo el uniforme digo: ya estoy listo para cualquier eventualidad que se presente las 24 horas de servicio y estoy atento al sonido de la alarma de emergencia para asistir a las personas que necesitan de nuestra ayuda, indiferentemente del estrato social que sean” dijo.
Relató que cuando va en la unidad de emergencia a atender un llamado de auxilio se imagina cómo tiene que actuar al llegar al sitio de los acontecimientos, y al abordar la escena de impacto, su reacción es tranquila, con el fin de ayudar a las personas que presentan lesiones. En ese instante acordona la zona de impacto para que los otros compañeros estabilicen a los heridos, prestando la debida seguridad a los funcionarios como buen superior, y en caso de encontrar muertos inmediatamente manda a cubrir su rostro y se entristece enormemente por no encontrar a esa persona con vida.
Detalló que cuando van de regreso a la estación de bomberos conversan sobre el reciente servicio prestado y de igual manera al llegar a la estación analizan con detalle el procedimiento ejecutado, además de realizar ejercicio físico diario y prácticas de maniobras.
Este gran rescatista señaló que el ejercer la profesión de bombero significa trabajar en equipo, poseer capacidad de entrega y sacrificio, además de una buena preparación psicológica a la par de cualidades físicas importantes.
La profesión tiene sus riesgos…
La tarea que cumplen los funcionarios bomberiles tiene un considerable riesgo debido a las condiciones adversas en las que siempre actúan (incendios, incidentes relacionados con materiales peligrosos, rescates, fuegos forestales, entre otros), situaciones que demuestran la verdadera vocación de servicio y les hace olvidar el peligro al que se someten, con el único propósito de salvar la vida de los demás.
“Desde que ingresé a los bomberos mi vida cambió mucho porque aprendí a valorar a las demás personas, a tener mayor responsabilidad al saber que mi experiencia y mis manos van en beneficio del que lo necesita, y sobre todo al sentir con certeza que las personas nos entregan con fe ciega sus más preciados valores, confiando en que nosotros haremos lo correcto para sus intereses. Es un desafío diario estar a la altura de tales circunstancias, porque en nuestros actos y en nuestro criterio, descansa la tranquilidad de muchos” recalcó Manolo.
Este joven funcionario se dedica en sus días libres a estudiar otra carrera profesional que está relacionada con la actividad física y salud, además de compartir con su familia, sin olvidar que está al servicio de la comunidad estando aún en sus días libres.
“Son muchas las anécdotas”
En el camino bomberil, el sargento Manolo recuerda mucho un accidente de tránsito que ocurrió en la avenida Andrés Bello, a la altura de la Urbanización Carrizal B, donde un vehículo se salió de la vía y colisionó con un objeto fijo (árbol), quedando aprisionado el conductor del vehículo entre el volante y el tablero.
“Al llegar al sitio con la unidad de rescate lo primero que hicimos fue trabajar dentro del vehículo con el equipo hidráulico para extraer al lesionado del auto, y en pocos instantes escuchaba a mis compañeros que me decían: Manolo corte aquí, Manolo separe allá, y el trabajo se alargó por lo difícil de la situación presentada. Llegó un momento en que el lesionado me decía Manolo no me deje morir y yo le dije: tranquilo, ya lo vamos a sacar y llevarlo al hospital para que lo valore el médico. Llegó el momento y el rescate fue efectivo, tanto que el lesionado, con ojos llorosos, nos dijo: muchas gracias por no dejarme morir. Esto por supuesto nos enorgulleció y dijimos gracias a dios logramos salvar otra vida”. Este es el vivir diario de los guardianes de la vida, seres que cumplen una importante misión, hombres que sufren cuando atienden emergencias y hay fallecidos, mujeres que se entristecen cuando no pueden hacer nada para salvar a las personas involucradas en determinado acontecimiento, bomberos que sonríen, sienten satisfacción y dan gracias a Dios cada vez que logran salvar la vida de un ciudadano.








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