Carta abierta para Evelyn Rosales desde Mérida

Mérida, 22 de abril de 2009



Señora Evelyn Trejo de Rosales

Presente



Muy admirada Evelyn:

En estos momentos tan difíciles por los que están pasando Manuel, tus hijos y tú, no encuentro las palabras apropiadas para consolarte.

Ustedes representan la tragedia que está viviendo el pueblo venezolano, a causa del deseo de destrucción, por parte del presidente Hugo Chávez, a todo aquél que se oponga a su proyecto castro-comunista y desaparecer toda disidencia, bien sea física o políticamente, como trata de hacerlo con Manuel.

Durante la campaña presidencial del año 2006, cuando hiciste la gira por el estado Mérida, yo era la coordinadora de asuntos femeninos del Comando de Campaña y tuve la oportunidad de acompañarte en el recorrido por el estado, entre ellos, al pueblito de Mucuy Alta (Tabay), donde compartimos una deliciosa pizca andina con los nativos del lugar, dejando en ellos el grato recuerdo de tus cualidades como ser humano. Recuerdo también, que yo estaba muy curiosa por saber quién era el líder que estábamos apoyando los venezolanos demócratas; quería saber cómo era Manuel Rosales en su rol familiar y te lo pregunté, en el breve momento que quedamos solas (nos iban a tomar una foto).

Me hablaste de Manuel con sinceridad, mucho respeto y veneración, de cómo ama Manuel a su familia, de cómo respeta su hogar, de que es un hombre cristiano. Y algo que me quedó grabado fueron tus últimas palabras cuando te referiste a tu esposo, me dijiste: "Manuel ama a la mujer".

Escuchar ese elogio en boca de su propia esposa, me indicó que Manuel Rosales es un hombre muy sensible y que comprende la naturaleza femenina: la bondad, la abnegación, la compasión, la firmeza, la valentía, la dulzura y que no me había equivocado al darle la confianza de mi voto para que nos representase, caso dado quedara electo Presidente.

Nunca he tenido el gusto de estrechar la mano de Manuel, a pesar de que lo he visto, en persona, pero siento que ya lo conozco a través de ti.

Y a través de ti, le envío mi solidaridad, en nombre de todos mis compañeros que militamos en Un Nuevo Tiempo, Mérida y de muchas otras personas de la sociedad merideña que, también están luchando por restituir la cordura en nuestro hermoso país y tenemos la certeza que, desde donde se encuentre Manuel, seguirá liderizando nuestra lucha por rescatar la democracia, valores y principios morales en Venezuela.

En los momentos en que escribo esta carta, aún no se ha pronunciado el Gobierno peruano a la petición de asilo de Manuel, pero estoy segura le será otorgado, pues tuve la oportunidad de vivir en el Perú, en mi época de adolescente, cuando mi padre fue enviado, a ese país, como Director de la Organización Panamericana de la Salud, en el año 1965, durante el Gobierno de Belaunde. Albergo gratos recuerdos de mi estadía en el Perú y sobre todo del gentilicio de su gente.

Evelyn, Dios guíe siempre tus pensamientos y la Chinita los proteja.

Con mucho amor,

Mari Sol Arreaza Ludovic

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