La crónica menor

PABLO, PASTOR Y MAESTRO

Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo

Con motivo del bimilenario del nacimiento del apóstol Pablo de Tarso, el Papa Benedicto XVI ha lanzado al mundo la conmemoración de esta fecha, como una ocasión privilegiada para ahondar en el conocimiento de su personalidad y legado, y como invitación a los creyentes de conocer y querer más y mejor la palabra de Dios, la biblia, de la cual Pablo fue uno de sus plumas más prolíficas.

La fecha escogida es convencional, no apodíctica. Más que la precisión de datos, importantes pero no indispensables para entrar en el legado principal de su obra. Su origen, judío de la diáspora, es una característica clave, pero mucho más lo fue su encuentro con Cristo resucitado, camino de Damasco para perseguir a los seguidores del nazareno. Tal como lo describen el libro de los Hechos de los Apóstoles y las llamadas Cartas Paulinas, el episodio de Damasco fue un nuevo nacimiento. Desde ese momento no quiso vivir sino en Cristo y para Cristo. Atrás quedó su pasado de perseguidor y celoso fariseo.

El episodio conocido como la conversión de San Pablo, según la Carta a los Gálatas, le dio una misión específica: la de ser apóstol de los gentiles, es decir, de los que no eran de su raza y cultura. Con todas sus fuerzas se entregó al servicio de la misión recibida.

Una primera faceta de Pablo es su condición de apóstol que proclama el evangelio allí donde no había sido anunciado. Otra, es la de pastor que cuida, dirige y anima la vida de las comunidades que funda. Y una tercera, es la del maestro que profundiza el mensaje, a través de su testimonio, acción y, sobre todo, para la posteridad, en el contenido de sus cartas. Se puede afirmar que junto con los evangelios, el legado, mejor el sello del cristianismo queda plasmado en los cuatro evangelios y en el cuerpo de escritos paulinos.

Desde el 29 de junio de este año, hasta la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo del 2009, son muchas las iniciativas que se están llevando a cabo. Estudiar su perfil humano y espiritual, tomarle gusto al contenido de la Palabra, peregrinar a los lugares paulinos del mundo mediterráneo, indagar en la religiosidad popular su incidencia, y, celebrar, en la liturgia, en exposiciones o lectura, es el llamado del Papa.

Miguel de Cervantes escribió: “Don Quijote de la Mancha viendo un retrato en lienzo de San Pablo exclama: fue el mayor enemigo que tuvo la Iglesia de Dios nuestro Señor en su tiempo, el mayor defensor suyo que tendrá jamás, caballero andante por la vida y santo a pie por la muerte, trabajador incansable de la viña del Señor, doctor de las gentes a quien sirvieron de escuela los cielos, y de catedrático y maestro el mismo Jesucristo”.

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