Venezuela: las perspectivas del diálogo después de su primera gran crisis

Arturo Wallace
Enviado especial de BBC Mundo a Venezuela

"Congelado" y "en crisis por responsabilidad del gobierno nacional".

Esas fueron las palabras empleadas el martes por el secretario ejecutivo de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, para describir el estado del diálogo político con el que autoridades y opositores están intentando poner fin a meses de protestas callejeras en Venezuela.

Contenido relacionado

Y el colectivo opositor confirmó así la ya anunciada suspensión de una serie de reuniones de trabajo previstas para inicios de esta semana, en protesta por los centenares de arrestos producidos durante el desalojo de varios campamentos estudiantiles de oposición, la semana pasada.

Sin embargo en vísperas de la llegada al país de los facilitadores de las conversaciones, iniciadas el pasado 10 de abril bajo los auspicios de Unasur y el Vaticano, aquí pocos parecen creer que la primera crisis del proceso vaya a provocar el fin de la incipiente negociación.

Lo que no necesariamente significa que abunde el optimismo sobre sus posibilidades de éxito en el largo plazo.

clic Lea también: Oposición da por "congelado" diálogo con el gobierno
"La Mesa de Unidad siente que el gobierno no avanza en (dar respuesta) a las principales solicitudes de la oposición. Por eso está enviando una advertencia, mandando un mensaje", es la lectura del analista Luis Vicente León, para quien el éxito o fracaso del proceso dependerá en gran medida de las concesiones que esté dispuesto a hacer el presidente Nicolás Maduro.

"Pero no me parece que vayamos a ver una levantada de mesa, al menos por ahora", dijo a BBC Mundo.
Y algo parecido anticipa el también analista político Nicmer Evans, para quien este tipo de altibajos son típicos de toda negociación.

"Yo no descarto que vuelvan a sentarse", dijo Evans. "Todo esto es parte del show".

Sólo un sector de la MUD respondió al llamado del gobierno a un diálogo.

Nueva protesta, nuevos arrestos

Las detenciones de manifestantes antigubernamentales son uno de los principales puntos de controversia entre la oposición y el gobierno venezolano.


Según cifras de la ONG de línea opositora Foro Penal Venenzolano, unas 2.953 personas –entre ellas 158 menores de edad– habían sido detenidas por las autoridades en el marco de las protestas. Y, de ese total, al menos 172 continúan privadas de libertad.


Según la oposición, la mayoría de las detenciones no sólo son arbitrarias, sino que han aumentado desde el inicio del diálogo.


En ese contexto, una nueva movilización estudiantil en el este de Caracas se saldó este miércoles con un número aún no determinado de arrestos, pero estimado en al menos 90 según algunos medios opositores locales.


Y un joven que participó en la marcha le dijo a BBC Mundo que se había desarrollado de forma pacífica hasta su llegada a la sede del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), en la urbanización Los Palos Grandes, cuando efectivos de la Guardia Nacional la dispersaron y comenzaron, según el testimonio, a detener sin razón aparente a varios de los participantes.


Las autoridades, sin embargo, afirman haber actuado en respuesta a manifestaciones violentas y para prevenir actos vandálicos. Se reportó además que un policía resultó herido como consecuencia de choques con los estudiantes.

Para Maduro, el diálogo continúa

Para Evans, sin embargo, el principal responsable de la falta de avance en el diálogo político -que contrasta con la mucho mejor marcha de las negociaciones sobre temas económicos que están teniendo lugar de forma paralela- no es tanto el gobierno como los opositores, los que además no están plenamente representados en la mesa de diálogo.

"El gran problema es que la oposición venezolana no da absolutamente nada y pide todo. Se fue con una lista a pedir el 100% de unas cosas que sabía que el gobierno no le iba a satisfacer y al ratificar lo que sabían, que no se iba a cumplir el 100%, patean la mesa", comentó a BBC Mundo.

"Pero la oposición venezolana no puede jugar a dejar mal parada a la cancillería colombiana y al Vaticano. Mientras que el gobierno venezolano, tal y como lo expresó el presidente Nicolás Maduro, no se para de la mesa, porque el gobierno fue el que la convocó", indicó en referencia las posibilidades de un pronto restablecimiento de la negociación.

Efectivamente, horas después de las declaraciones de Aveledo, Maduro hizo saber que no piensa abandonar las conversaciones, al tiempo que invitaba a la oposición a perseverar.

"No voy a parar la mesa de diálogo. Espero que ellos tampoco se paren", dijo Maduro en su habitual programa radial de los martes.

"Ya el hecho de estar dialogando y debatiendo es un avance democrático importante, ya el simple diálogo es un resultado positivo para los venezolanos", aseguró.

A pesar del diálogo, tanto las protestas como la represión continúan en Venezuela

El factor Unasur

La MUD, sin embargo, insiste en que ya es hora de pasar de las palabras a los hechos, especialmente en lo que se refiere a los casos de los detenidos en el marco de las protestas -que ya han dejado 41 muertos- y lo que consideran la necesaria conformación de una "comisión de la verdad" realmente independiente para asignar responsabilidades por la situación.

Y, según su vocero, de esto dependerá su pronto regreso a la mesa de conversación.


Para Luis Vicente León, sin embargo, la llegada este jueves a Caracas del delegado de la Santa Sede y los cancilleres de Colombia, Brasil y Ecuador también podría ayudar a desbloquear las cosas.

El presidente Maduro dijo que el diálogo continuará.

"Si Maduro, de cara a intentar convencer a los cancilleres de Unasur de que en realidad está haciendo el trabajo que tiene que hacer, decide entregar algunas cosas -que podrán ser secundarias, pero importantes en términos perceptuales- para tratar de quedar bien, eso podría destrancar el juego", expresó.

Y, por el momento, eso es lo que parecen esperar aquellos venezolanos que apuestan por el diálogo como solución.

Todo parece indicar, además, que las posibilidades son bastante altas.

Pero el éxito de los cancilleres en el corto plazo no disipará las persistentes dudas sobre el verdadero nivel de voluntad política de las partes, que es fundamental para aspirar a llevar a buen puerto el proceso de negociación.

Comentarios