A las 5:00 de la mañana se despierta cada día
para trabajar por el objetivo que ella y los estudiantes se han planteado: el
cambio, “de raíz”, del sistema político imperante en Venezuela. Gaby Arellano,
dirigente de la juventud de Voluntad Popular, advierte que la lucha no será
fácil y que tomará tiempo.
La joven, que nació en Michelena, estado Táchira,
rechaza que algunos dirigentes de oposición califiquen de “vacía” la protesta de
los que salieron a la calle porque no quieren vivir con miedo. Opina que
Henrique Capriles se contradice porque, luego de decir que le robaron las
elecciones, plantea ahora una salida electoral.
Las palabras de Arellano suelen ser duras, de
confrontación directa con el gobierno. Así fue el 12 de febrero en la marcha de
estudiantes al Ministerio Público, cuando llamó inepta a la fiscal Luisa Ortega
Díaz. Así se mantiene cuando pide seguir en las calles, sin temor a los llamados
de Nicolás Maduro a los colectivos a los que pidió apagar candelitas.
―¿Cuáles son los objetivos concretos de la
Junta Patriótica Estudiantil y Popular?
—El objetivo es cambiar, de raíz, el sistema
político de Venezuela. El 2 de marzo, en Mérida, iniciamos un debate con varios
sectores de la sociedad, con partidos y representantes de distintos gremios. Hoy
9 de marzo, desde Barquisimeto, le elevaremos un nuevo mensaje al país. Queremos
transmitirle a Venezuela que esta gran revuelta no solamente está encarnada en
el estudiantado sino en todo el venezolano que lucha por libertad y justicia.
Nuestra Constitución está pisada; más de 60 artículos han sido vilipendiados por
quienes están en Miraflores, que no son los más capaces para hacerla
cumplir.
―¿Están todos los estudiantes de acuerdo con
cambiar de raíz el régimen?
—No sé si todos los estudiantes. Te puedo
asegurar que los de Mérida, Táchira, Lara, Zulia, Carabobo, Trujillo, Portuguesa
y un sector de la capital están convencidos de que la resolución de este
conflicto pasa por un cambio del sistema. No es una cosa de hoy para mañana; es
un trabajo paulatino, con estrategia, dentro del marco de la lucha no violenta.
El único responsable de la sangre derramada es el Ejecutivo que, con su verbo y
sus acciones, ha apagado la vida de más de dos decenas de venezolanos. La
represión hoy ha sido desenmascarada por un pueblo que exige respeto a la
Constitución.
Gracias a los estudiantes se ha demostrado que en Venezuela han
existido crímenes de lesa humanidad, se han violado los derechos humanos de
manera flagrante por órdenes de gobernadores, militares y los grupos
paramilitares que son los colectivos armados, que son los que ha generado el
terror.
―¿Cuál es la propuesta?, ¿la renuncia?
—La Constitución es clara. Ese es uno de los
pasos, pero es el sistema lo que hay que cambiar, no solamente a Maduro sino el
Poder Judicial, Electoral, Moral. Que el Estado y el partido no sean lo mismo y
las instituciones funcionen. No es de hoy para mañana. A algunos les da miedo,
pero ellos (el gobierno) no van a rectificar. En la Fuerza Armada hay hombres y
mujeres que están claros.
―El 5 de marzo algunos estudiantes, como el
propio Juan Requesens, decidieron no salir. ¿Hay divisiones?
—El movimiento estudiantil es amplio, no tiene un
vocero oficial, no tiene una sola cara. En Venezuela hay 574 institutos de
educación universitaria. No me pregunten a mí por qué no está el otro; yo
respondo por mi caso. Antes de ser representante estudiantil soy una ciudadana
venezolana. Si algo tiene sabroso el movimiento estudiantil es una gran
diversidad de ideas.
―¿Qué harán ante el llamado de Nicolás Maduro
a los colectivos a salir a las calles a apagar candelitas y al día siguiente
fallecieron dos personas?
—De Mérida salió una ruta: las trincheras de la
libertad son para proteger la propiedad, para proteger su hogar, para proteger
su vida ante los órganos paramilitares pagados por este sistema.
No es pueblo
contra pueblo; es el pueblo en la calle resistiendo de manera cívica y pacífica,
y unos pocos malandros pagados por el señor Nicolás Maduro y el Estado tratando
de generar un estado de zozobra. El señor Maduro, desde el 4 de febrero para
acá, en vez de dar solución al conflicto, lo que ha hecho es agudizarlo con la
represión, la tortura, los allanamientos, con la criminalización de la protesta.
Llaman al movimiento estudiantil a sentarse en una mesa de paz, pero siguen
disparando y criminalizando. Ante eso nos queda la calle. Que este medio, El
Nacional, solamente tenga dos páginas es producto de una política de limitar
el derecho a estar informado, a saber la verdad.
Por eso estamos en la calle,
porque queremos tener la libertad de escoger qué periódico comprar para poder
leer la noticia. ¿Que si hay un riesgo por estar en una trinchera de la
libertad? Pero si es que para ir al cine en Venezuela también hay un riesgo. Eso
es lo que nos motiva a estar en la calle. Si tenemos que dar la vida lo haremos
para que Venezuela vuelva a la senda de la democracia. El gobierno quiere una
juventud sumisa y arrodillada. Nuestras armas son un teléfono y un Twitter.
―¿No cree usted que se enfriará la protesta
con los colectivos en la calle?
—En Caracas se vivió hace pocos días la triste
historia de Los Ruices. El gobierno mandó a los colectivos. Pero no ha sido la
primera vez. El gobernador de Carabobo, Francisco Ameliach, los dos primeros
días de la protesta mandó a salir los colectivos.
Lo que vive Caracas en las
últimas horas ya se ha vivido en el resto del país en estos días de resistencia.
Ante eso no creo que la calle se enfríe; sé que hay un pueblo indignado, que ha
roto las expectativas de cada convocatoria a la calle. No es Caracas, no es
Táchira, es Venezuela que se cansó de que se le mienta y se le reprima. Hasta
que no haya justicia y libertad, no puede haber paz.
―Henrique Capriles dice que la salida debe
transitar la ruta electoral. ¿Qué le diría usted a los dirigentes de oposición
que aseguran que la búsqueda de “la salida” es una agenda vacía?
—Bueno, se contradice el señor Capriles. Hace
unos meses dijo que le habían robado las elecciones, que el sistema no servía.
Eso lo dijo él, no lo digo yo. Deja mucho que pensar el señor gobernador de
Miranda. El que dice que no hay una agenda, que la protesta es vacía, lo invito
a que converse con el que sale cada día a la calle y le pregunte por qué está en
la calle. Están en las calles porque no tienen paz en su casa, viven con miedo
día a día y están cansados de que se les pisotee. A los dirigentes políticos les
pido escuchar al pueblo.
―¿Hay desconexión?
—Yo creo que hay dirigentes políticos que por
temor a lo individual no asumen el reto del compromiso que tienen con el país
hoy. A ellos la historia los juzgará. Los estudiantes seguiremos en la calle
acompañando al pueblo que perdió el miedo.
Miedo y prisión
En la marcha del 12 de febrero Gaby Arellano fue
dura en su discurso al Ministerio Público, incluso llamó inepta a la fiscal
Luisa Ortega Díaz. Asegura que no teme ir a prisión, como le ocurrió al
coordinador nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López.
“Temor es lo que me movió a estar en la calle y
llegar a mi casa a la hora que quiera. Temor tienen todos los venezolanos por su
seguridad día a día. El gobierno juega al miedo para tener a un país
arrodillado, pero yo no quiero vivir arrodillada y ninguno de los jóvenes lo
quiere. No sean presa del miedo porque jamás nos hará libres como individuos ni
como sociedad”, expresó.
Opina que López asumió un riesgo importante y la
juventud tiene un compromiso elevado con él, que se ha convertido en punta de
lanza de la búsqueda de libertad.
“Hay algunos que se han osado a decir: la
libertad de Leopoldo López cuesta la libertad de Venezuela. Nosotros seguimos
despertando conciencia. A los hombres y mujeres de la FANB les decimos: ustedes
tienen hijos, tienen familia, muchos de sus hijos han estado en las marchas.
Saben que en este sistema político no vamos a tener futuro. Estamos esperando
por la hora en la que la Fuerza Armada Nacional haga lo que la Constitución
claramente estipula”, puntualizó.
Epígrafe
“Estamos esperando por la hora en la que la
Fuerza Armada Nacional haga lo que la Constitución claramente estipula”, dijo
Gaby Arellano.
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