Jacinto Convit llega a los 100 años, con grandes logros para Venezuela

Este miércoles 11 de septiembre llega a los cien años el médico venezolano Jacinto Convit, que en 1988 estuvo postulado al Premio Nobel de Medicina por su aporte a la cura de la lepra. Desde 2010 trabaja en lograr una vacuna contra el cáncer, y se ha dedicado a ello con la misma energía que la tarea de combatir la leshmaniasis. 

Unión Radio

Jacinto Convit nació el 11 de septiembre de 1913 en la Parroquia de La Pastora de la ciudad de Caracas. Es hijo de Francisco Convit y Flora García de Convit. Es el segundo de cinco hermanos. Cursó sus estudios de Educación Primaria en el Colegio San Pablo y Educación Secundaria en el Liceo Andrés Bello. En la Universidad Central de Venezuela egresa en octubre de 1938 con el título de Doctor en Ciencias Médicas, a los 25 años de edad.

Se une en matrimonio con Rafaela Marotta D’Onofrio y es padre de cuatro hijos varones: Francisco, Oscar, Antonio y Rafael.

Es el creador del Instituto de Biomedicina, sede de Dermatología Sanitaria, el centro nacional de referencia de las patrologías cutáneas.Desde 2010 trabaja en otra loable labor, lograr desarrollar una vacuna contra el cáncer. Y se ha dedicado a ello prácticamente con la misma energía y pasión con la que se tomó la tarea de combatir la leshmaniasis.

Su trayectoria es motivo de orgullo para muchos venezolanos. Incluso, existe una página en la red social Facebook llamada "Un Nobel para el Dr. Jacinto Convit", que desde hace algún tiempo mantiene una campaña para que al investigador le sea conferido ese reconocimiento. En Twitter también existe la cuenta @NobelConvit, que tiene unos 5 mil seguidores.

Es el creador del Instituto de Biomedicina, sede de Dermatología Sanitaria, el centro nacional de referencia de las patrologías cutáneas. Desde 2010 trabaja en otra loable labor, lograr desarrollar una vacuna contra el cáncer. Y se ha dedicado a ello prácticamente con la misma energía y pasión con la que se tomó la tarea de combatir la leshmaniasis.


A Jacinto Convit, como dermatólogo, sanitarista, docente e investigador, le corresponde un sitial difícil de superar. Su obra es el producto de un gran esfuerzo y de una gran pasión por la verdad científica. Los que hemos sido sus discípulos vemos en él un ejemplo a imitar y un camino a recorrer.

La Humanidad está en deuda con Jacinto Convit, infatigable trabajador, quien ha dedicado su vida al servicio de la Medicina humana.

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