Kerry y Lavrov llegaron a un acuerdo tras varios días de negociaciones |
Reuters
La comunidad internacional celebró el acuerdo alcanzado en
Ginebra entre Rusia y Estados Unidos sobre el desmantelamiento del arsenal de
armas químicas del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad
EFE
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Asuntos
Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, acordaron que se apliquen "procedimientos
extraordinarios en el marco de la Convención Internacional para la Prohibición
de Armas Químicas para la rápida verificación de las armas químicas de Siria".
"Hemos acordado que los sirios deben dar a la Organización para la Prohibición
de Armas Químicas y a su personal un acceso inmediato y total para inspeccionar
todos los sitios de almacenamiento en el país", explicó Kerry.
Según lo suscrito por Washington y Moscú, el régimen sirio tendrá plazos
mucho más cortos que los establecidos en la Convención para la Prohibición de
Armas Químicas para deshacerse de estas armas de destrucción masiva.
Así, la
inspección de los lugares de almacenamiento y producción que se declaren deberá
haberse completado en noviembre próximo y para ese mismo mes tendrán que haberse
destruido ya los equipamientos de producción y mezcla de sustancias tóxicas,
según lo convenido por Lavrov y Kerry.
Igualmente, en un documento de principios
anexo al acuerdo se establece que "la eliminación completa de todo el material
de armas químicas y equipamiento deberá completarse en la primera mitad de
2014".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebró el acuerdo pero
advirtió de que "si falla la diplomacia, EE UU, está preparado para actuar".
"Este marco proporciona una oportunidad para la eliminación de las armas
químicas de Siria de un modo transparente, expeditivo y verificable, lo que
podría poner fin a la amenaza que estas armas representan no solo para el pueblo
sirio, sino para la región y el resto del mundo", aseguró Obama en un
comunicado.
Por su parte, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine
Ashton, confió en que el acuerdo "allane el camino" para alcanzar una solución
política al conflicto. En parecidos términos se expresó el secretario general de
Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien expresó "su ferviente esperanza" de que el
acuerdo "allane el camino para una solución política" en Siria y aseguró que la
ONU se compromete a apoyar la aplicación del mismo.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, recibió con
satisfacción el acuerdo alcanzado en Ginebra, que calificó de "significativo
paso adelante", al tiempo que pidió que se trabaje urgentemente para poner en
marcha el plan sobre el control de las armas.
Hague indicó que el régimen de
Damasco debe cumplir ahora con el acuerdo y la comunidad internacional debe
hacer todo lo posible para detener el baño de sangre en Siria, "reuniendo a
todas las partes para que alcancen una solución política al conflicto".
El
Gobierno francés, por medio de su ministro de Asuntos Exteriores, Laurent
Fabius, consideró que el acuerdo es "un avance importante" hacia la resolución
del conflicto.
Fabius indicó que la reunión que celebrará en París el próximo lunes con
Kerry y Hague "permitirá hablar del contenido" del acuerdo de Ginebra, "así como
de las condiciones de aprobación y de su aplicación". La canciller alemana,
Angela Merkel, manifestó, durante un acto de campaña electoral en Maguncia, que
el acuerdo de Ginebra aporta "un fragmento de esperanza", aunque advirtió de que
a las buenas palabras deben seguir ahora los "actos".
En un comunicado, el Gobierno español expresó su satisfacción por el acuerdo
y considera que debe traducirse en una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU que "evite y castigue futuros ataques".
El ministro sirio de Reconciliación,
Ali Haidar, afirmó que los inspectores internacionales, que tendrán que
supervisar el desmantelamiento del arsenal químico de Siria, podrán acceder
"fácilmente" a las instalaciones.
"Creo que los inspectores internacionales podrán hacer su trabajo, porque
todas las instalaciones del Gobierno no son solo seguras, sino también
accesibles", dijo Haidar. Sin embargo, el jefe del rebelde Ejército Libre Sirio
(ELS), Salim Idris, rechazó el acuerdo y aseguró que sus fuerzas continuarán su
lucha contra el régimen.
En una rueda de prensa celebrada en Estambul y difundida por las televisiones
árabes, el líder rebelde se quejó de que el plan presentado por Moscú para que
Damasco deje sus armas químicas bajo supervisión internacional no habla del
pueblo sirio ni del armamento convencional. "Es como si la sangre de los sirios
fuera un puente para destruir solo las armas químicas", se quejó Idris, quien
pidió que "hay que llevar a Al Asad ante los tribunales internacionales".
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