La campaña para elegir a quien suceda a Hugo Chávez en el cargo
de presidente de Venezuela comienza oficialmente este martes y durará tan sólo
diez días, la más corta. Por lo que se ha intuido en las últimas semanas, será
una de las más agrias.
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La oposición volverá a concurrir en torno a un único candidato, de nuevo Henrique Capriles, derrotado por Chávez en octubre pasado, para tratar de poner fin a 14 años de gobierno chavista en Venezuela.
BBC Mundo le presenta a continuación algunos de los elementos clave alrededor de los que girará la campaña.
Pese a que oficialmente son siete candidatos, la disputa se la dirimirán el
que fuera vicepresidente y después presidente encargado, Nicolás Maduro, y
Henrique Capriles, gobernador de Miranda, que en octubre pasado cayó en los
comicios frente a Chávez, fallecido el 5 de marzo.
En los días de precampaña ha quedado en evidencia que Maduro, que se ha dicho "apóstol de Chávez", busca mantener viva la memoria del difunto presidente para heredar su enorme tirón electoral.
Maduro ha buscado presentarse como la garantía de que sigan las políticas sociales impulsadas por Chávez ante el riesgo de que llegue al poder la "extrema derecha parasitaria".
Por su parte, Capriles ha tratado de minimizar la conexión de su contrincante con el presidente señalándolo como uno de los ministros que el propio Chávez acusaba de ineficientes y regañaba en público, así como atribuyéndole la responsabilidad de lo que ha dicho han sido los peores 100 días de gestión chavista.
Capriles se presenta como la única alternativa ante el enorme problema de inseguridad que padece el país, así como garante de la regeneración democrática y del impulso de la economía, manteniendo lo positivo de las políticas sociales chavistas.
En los días de precampaña ha quedado en evidencia que Maduro, que se ha dicho "apóstol de Chávez", busca mantener viva la memoria del difunto presidente para heredar su enorme tirón electoral.
Maduro ha buscado presentarse como la garantía de que sigan las políticas sociales impulsadas por Chávez ante el riesgo de que llegue al poder la "extrema derecha parasitaria".
Por su parte, Capriles ha tratado de minimizar la conexión de su contrincante con el presidente señalándolo como uno de los ministros que el propio Chávez acusaba de ineficientes y regañaba en público, así como atribuyéndole la responsabilidad de lo que ha dicho han sido los peores 100 días de gestión chavista.
Capriles se presenta como la única alternativa ante el enorme problema de inseguridad que padece el país, así como garante de la regeneración democrática y del impulso de la economía, manteniendo lo positivo de las políticas sociales chavistas.
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