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El presidente de la República, Hugo Chávez Frías, anunció que todo los
venezolanos podrían comer helados de la producción nacional de
Coppelia, sin embargo, la euforia se convirtió en desencanto a tan sólo
dieciséis días del anunció.
El presidente Chávez inquirió desencajado
“¿Por qué no están produciendo helados?… Quiero ver la línea de
responsables… ¿Cómo es que van a inaugurar una fábrica sin materia prima? ¿Es
que van a inaugurar una fábrica para trabajar un solo día?”, preguntó
Lo ocurrido con la fábrica de helados Coppelia,
que tiene sus instalaciones en la Planta Alfredo Maneiro, en el estado Falcón,
fue responsabilidad del Ministerio del Despacho de la Presidencia y del
Seguimiento de la Gestión de Gobierno. Para uno de los trabajadores quien
prefirió mantener el anonimato “todo fue una cadena de eventos
desafortunados”.
Debido a un acostumbrado bajón de luz en la
entidad, el lunes 29 de octubre, se afectó el funcionamiento de la máquina
principal de la heladería. Luego de una arreglo provisional que
permitió el funcionamiento hasta el jueves, la máquina se apagó. Los
trabajadores llamaron a los fabricantes para resolver la situación pero
estos pudieron llegar hasta el domingo. El lunes se presentó en la
empresa la Comisión de Contraloría, para ellos la empresa no estaba
laborando.
Fuentes internas aseguran que para el momento en
que el Jefe del Estado anunció: “Señora, señor, muchachos, muchachitos, los
mejores helados del mundo se llaman Coppelia, que transcendió las fronteras de
Cuba y ahora llegó a Venezuela”, en realidad, la franquicia cubana estaba en
período experimental en el país.
La heladería Coppelia es una empresa
cubana que tiene muy cerca los afectos presidenciales, pero su
aparición no estaba incluida en el presupuesto anual del Ministerio de
Alimentación ni en el de lácteos. La receta con la que elaboran los helados, es
traída directamente del congelador de La Habana, donde es un ícono de la
revolución. “Yo recuerdo que hice el pase y hasta comimos helados. Fidel
(Castro) me mandó un mensaje: ‘Chávez, me gustaría comer los Helados
Coppelia venezolanos’”, expresó el mandatario indignado.
El Presidente dijo que no quería someter
al escarnio público a los responsables de la irregularidad en el
funcionamiento de la planta se reunió el ministro de Alimentación, Carlos
Osorio, y con la directora de Coppelia, Aníbal Espejo, puso su cargo a la
orden, renuncia que fue aceptada, en su lugar se nombró a Michael Reyes como
nuevo directivo.
El alcalde de Libertador, Jorge Rodríguez, les
dio la llave para la primera sede, al lado del local de “Chocolate con cariño”,
cerca de la Plaza Bolívar de Caracas.
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