Latinoamérica crecerá 4% en 2012, según la OCDE y la CEPAL

El Pais.com

Latinoamérica crecerá el año próximo un 4%, pese a la actual volatilidad financiera global que proviene de la eurozona y de su dificultad para resolver los problemas de deuda soberana de algunos de sus miembros. Por lo menos éste es el pronóstico que presentaron hoy en conjunto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la cumbre iberoamericana que comenzó hoy en Asunción.


“Aunque se espera que el crecimiento en las economías más avanzadas continúe siendo lento, se estima que América Latina crecerá un 4,4% en 2011”, pronostica el
 
documentoPerspectivas económicas de América Latina 2012 de la CEPAL y la OCDE, dos organizaciones dirigidas por los mexicanos Alicia Bárcena y Ángel Gurría, respectivamente. Pese a las predicciones optimistas sobre Latinoamérica, el reporte advierte que “los problemas fiscales en la zona euro podrían causar serios problemas en el sistema financiero internacional, incluidos los mercados emergentes, y una reversión de los flujos de capitales podría generar grandes fluctuaciones en los tipos de cambio con efectos disruptivos sobre la economía real”.


El actual crecimiento latinoamericano se explica porque la región depende ahora más de China que hace diez años, cuando el comercio bilateral suponía un tercio de lo que es ahora. Para Brasil y Chile, el gigante asiático es el primer socio comercial. Para Argentina y Perú, es el segundo. En cambio, México, Centroamérica y el Caribe aún dependen más del devenir de la desacelerada economía de EE UU.

“El comercio de la región con China fue uno de los factores que coadyuvó a su rápida recuperación” tras la crisis mundial de 2008/2009, destacan la CEPAL y la OCDE. “Sin embargo, también implica una mayor sensibilidad a una potencial desaceleración del crecimiento chino, transmitida tanto por una menor demanda de productos latinoamericanos como por su efecto sobre los precios de las materias primas. Ambos fenómenos tendrían un fuerte impacto sobre las cuentas fiscales de muchas economías de la región”, advierten los organismos. Sucede que algunos países son dueños de las compañías petroleras (Venezuela) o mineras (Chile) que producen buena parte de la riqueza de sus recursos naturales, mientras que otros (Argentina) imponen impuestos a la exportación de sus productos básicos agrícolas.

Pero detrás del entusiasmo de la CEPAL y la OCDE por la coyuntura latinoamericana hay una preocupación por el largo plazo. “Los países latinoamericanos deben aprovechar las oportunidades para eliminar restricciones al desarrollo y dar un salto cuantitativo y cualitativo en la provisión de servicios públicos. Pese a los avances logrados en la región durante el auge en materia de reducción de la pobreza, de 44% de la población en 2002 a 33% en 2008, y, en menor medida, de la desigualdad, aún se mantienen importantes brechas por cerrar. Uno de cada tres latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza, unas 180 millones de personas, y diez economías de la región continúan estando entre las 15 más desiguales del mundo”, advierte el documento.


Por eso los organismos proponen reformas tributarias en Latinoamérica. “Con la excepción de algunos países del Cono Sur, como Argentina, Brasil y Uruguay, que tienen una recaudación en torno al 30% del PIB, similar al promedio de países de la OCDE, en su conjunto la carga tributaria en la región es baja. A su vez, se observan menores niveles en la imposición a la renta de las personas físicas, más deducciones y exoneraciones tributarias que en otros países, y estructuras concentradas en impuestos indirectos”, dice el documento en referencia al IVA, por ejemplo.


También es bajo el gasto social en algunos países. Representa el 7% del PIB en Guatemala, mientras llega al 25% en Brasil.

“El Estado también debe transformarse para responder mejor a las necesidades de los ciudadanos y gestionar los recursos de manera más eficiente, transparente y eficaz”, reclaman la CEPAL y la OCDE, dos de cuyos miembros son latinoamericanos: México y Chile. Pero “la transformación del Estado no puede limitarse a hacer mejor, y de manera más transparente, sino que tiene que identificar nuevas estrategias para definir y alcanzar objetivos prioritarios”, opinan los organismos, que proponen tres áreas clave para apoyar un crecimiento sostenible e inclusivo: educación, infraestructura y desarrollo productivo e innovación.

“La cobertura y el gasto en educación han mejorado de manera sostenida en las últimas décadas en América Latina. Sin embargo, su calidad continúa siendo baja y el acceso desigual”, lamentan la OCDE y la CEPAL. Por ejemplo, en lectura más de 48% de los estudiantes de Latinoamérica no alcanza los niveles mínimos aceptables, mientras que en el promedio de la OCDE esta proporción es inferior al 19%, según las pruebas del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, según sus siglas en inglés). O en Argentina, México y Panamá la brecha de desempeño entre escuelas urbanas y rurales es superior a 45 puntos, después de corregir por estatus socioeconómico, lo que significa que los estudiantes rurales se encuentran más de 1 año atrasados con respecto a sus pares de las zonas urbanas.

En la primera mitad de la década de 2000, Latinoamérica mostraba un déficit en infraestructuras de transporte (kilómetros de carretera por kilómetro cuadrado) de 85% con respecto a las economías del Sudeste asiático y una brecha en el sector energía (medida como megavatios por mil habitantes) de casi 60%. La brecha entre Latinoamerica y los países de la OCDE en acceso a banda ancha fija pasó de 1% en 2000 a 17% en 2009 y de 5% en 2005 a 44% en 2009 para la banda ancha móvil. “América Latina necesita mejorar el marco normativo para fortalecer los procesos de planificación y gestión de la inversión en infraestructura con una visión de largo plazo”, opinan la OCDE y la CEPAL.

Los sectores intensivos en recursos naturales siguen representando el 60% del valor agregado manufacturero total en Latinoamérica, mientras que en EE UU son los sectores intensivos en conocimiento los que representan el 60% del valor agregado del sector de manufacturas. La OCDE y la CEPAL llaman a usar las ganancias extraordinarias de los sectores primarios para diversificar la producción de Latinoamérica. “La región invierte escasos recursos en investigación y desarrollo”, critican los organismos, pese a que elogian las acciones que han emprendido en los últimos años Argentina, Brasil, Chile y México. “La inversión en este ámbito en relación con el PIB pasó de 0,5% en 2004 a 0,6% en 2008, mientras que en los países de la OCDE pasó de 2,2% a 2,3% en el mismo lapso.”

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