Terapia genética revive esperanzas a una futura cura del sida


Panorama.com

En un nuevo y audaz estudio que busca hallar una cura al sida, un grupo de científicos aplicó la ingeniería genética a seis pacientes para producir glóbulos sanguíneos resistentes al virus que causa la enfermedad.


Es demasiado pronto para saber si el primer trabajo científico de este tipo llegará a ser una cura, o incluso un nuevo tratamiento. La investigación tuvo únicamente la intención de mostrar que, hasta ahora, la terapia parece factible y segura.

La idea estuvo basada en el sorprendente caso de un paciente con sida que parece haberse curado gracias a la transfusión de células sanguíneas de un donante con una inmunidad natural al VIH hace casi cuatro años en Berlín. Los investigadores buscan una manera más práctica de lograr una inmunidad similar mediante las propias células sanguíneas de los pacientes.

Los resultados, anunciados el lunes en una conferencia en Boston, despertaron un optimismo cauto entre los especialistas.

“Por primera vez, la gente comienza a pensar en una cura” como una posibilidad real, señaló el médico John Zaia, director del grupo gubernamental que supervisa los experimentos con terapias genéticas.

Incluso si el nuevo enfoque no consiguiera erradicar totalmente al VIH, el virus que causa la enfermedad, podría reconstituir los sistemas inmunológicos de los pacientes al grado de que puedan controlarlo sin necesidad de las medicinas contra el sida, “lo que se conoce como una cura funcional”, expresó.

Carl Dieffenbach, responsable de los asuntos relacionados con el sida en el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, coincidió.

“Tenemos la esperanza de esto sea suficiente para generar un nivel de reconstitución inmunológica similar al que fue observado en el paciente de Alemania”, dijo.

Esta es la primera vez en que los investigadores logran borrar permanentemente un gen humano, le modifican la estructura celular y lo inoculan de nuevo a los pacientes. Otros intentos de terapia genética consistieron en incorporar un gen o moderar la actividad del otro, y no han funcionado contra el VIH.

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