Rescate de mineros chilenos sigue progresando bien



El Nuevo Herald

Como en un alumbramiento múltiple, lleno de emoción y no pocas lágrimas, los 33 mineros atrapados en un yacimiento desde hace más de dos meses seguían volviendo uno a uno a la superficie durante la madrugada del miércoles, estremeciendo de emoción a sus familias y a Chile.

Los rescatados, en sorprendente buen estado, agradecían a los rescatistas por haberlos traído virtualmente de vuelta a la vida mediante esfuerzos inéditos y hasta ahora exitosos, que elevaron al orgullo nacional chileno a un nuevo techo.

El presidente Sebastián Piñera abrazaba a cada uno de ellos.

"La situación de salud de ellos es muy buena", dijo el miércoles el ministro de Salud, Jaime Mañalich. "Las cosas van extraordinariamente bien hasta aquí".

Explicó que la cápsula se detuvo tras ocho viajes para una manutención preventiva, como las que se hace en los autos, cambiar sus ruedas y aceitar algunos mecanismos.

"Los tiempos de traslado están siendo menores", aseguró, sin detallar la velocidad con la que sube y baja la jaula. Inicialmente se calculó que cada ciclo de bajar y subir a un minero podría demorar hasta hora y media, pero ha tomado unos 45 minutos.

Además "no esta sufriendo daños la cápsula", añadió el ministro.

De todos los que han salido sólo Mario Gómez, el mayor del grupo a los 62 años, precisó asistencia con antibióticos, broncodilatadores y oxígeno por problemas respiratorios anteriores al accidente.

Pero, dijo Mañalich, el equipo médico y rescate esta confiado en que no habrá complicaciones con ese minero.

Mientras, se preparaba un nuevo vuelo de helicóptero de la fuerza aérea chilena para llevar a un hospital cercano a tres de los rescatados. Dos ya estaban en esa institución.

Mañalich dijo que los ha ayudado mucho en la operación el clima imperante en la jornada en la mina, con escasa nubosidad.

Con pocas esperanzas de sobrevivencia, los 33 hombres lucharon primero durante 17 días, desde que quedaron sepultados por toneladas de roca el 5 de agosto, hasta que en un breve mensaje escrito enviado a la superficie a través de una sonda se confirmó que todos estaban bien.

La odisea minera comenzó a llegar a su fin en los primeros minutos de este miércoles, cuando el primer hombre, Florencio Avalos, de 31 años, salió de una jaula de acero izada por un cable a lo largo de un extenso túnel y con 70 centímetros de diámetro, en un ducto que demoró más de un mes en construirse.

Detrás de Avalos, siguieron seis mineros. Uno de ellos fue José Ojeda, un viudo de 47 años que se hizo conocido porque fue quien escribió en grandes letras rojas sobre un pedazo de papel aquel mensaje que pasmaría a muchos el 22 de agosto.

El texto decía: "Estamos bien en el refugio los 33". El mensaje indicaba que no sólo habían sobrevivido al derrumbe dentro de la mina, sino que lograron, racionando comida, mantenerse vivos por más de dos semanas mientras en la superficie se intentaba dar con ellos por medio de pequeños tubos para intentar localizarlos.

Tras conocerse que el grupo estaba atrapado en un refugio o salón de comidas a 700 metros de profundidad, se emprendieron varios planes de rescate usando tres perforadoras con distintos rumbos, desde el refugio hasta un taller, a menor profundidad, en los 622 metros, y al que los trabajadores tienen acceso por medio de un pasillo, e incluso una de las perforadoras trataba de llegar a ese mismo pasillo.

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