Inspector de Polimérida se suicida tras discutir con su mujer


Agencias

Un inspector de Polimérida decidió poner fin a su vida ayer a las 4:00 de la tarde, tras discutir con su pareja, accionando su arma de reglamento y disparándose en tres oportunidades. El hecho se registró en el sector La Palmeras, parroquia Francisco Javier Pulgar, del municipio zuliano del mismo epónimo. La víctima quedó identificada como Francisco Arellano (33).

Así lo informó Omar Ferrebús, director del Instituto de Policía Municipal, Polipulgar, quien destacó que de acuerdo a las preliminares recababas en el sitio, se logró conocer que el funcionario discutió de manera acalorada con su concubina minutos antes de suicidarse. Su rostro quedó indescriptible debido al accionar de los proyectiles que entró y salió del occipital derecho.

Relató Ferrebús que la hermana de Mileidy Perentena sacó a la dama de la habitación porque el suicida presuntamente la estaba ahogando. A su salida escuchó las detonaciones, dejándolos congelados del miedo.

El cuerpo quedó tendido en medio de un charco de sangre coagulada en la segunda habitación del inmueble, justo entre la cama de la pareja y del pequeño infante de seis meses de nacido, que quedó en la orfandad por parte de padre.

La conmoción se apoderó del sector. Múltiples curiosos bordearon la escena del crimen, mientras, el dolor de la familia se acrecentaba aún más, pues justo ayer dio inicio al novenario de la abuela de Mileidy Perentena, viuda de Arellano, cuyo familiar falleció de una trombosis intestinal a los 81 años de edad.

De inmediato comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicipc), Subdelegación San Carlos de Zulia, arribaron a la residencia para levantar el cuerpo y las evidencias para esclarecer el hecho.

Perentena sufrió un ataque de nervios al igual que su progenitora por lo que requirió de atención médica. Yamileth Perentena, cuñada del occiso, reveló que el mismo tenía unos 13 años laborando para el cuerpo de seguridad, en el grupo GRIM. Él y su concubina estudiaron juntos, tal como se observa en una fotografía colgada en la sala de la vivienda.

El arma, una Walter PPK, calibre nueve milímetros, también es sometida a labores de balística. Las razones para acabar de esa manera con su vida debieron ser convincentes, para que el polimérida pasara al otro mundo por su propia voluntad. El hermetismo reinó entre propios y extraños.

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