ULA y docente franco-español capacitan a truchicultores andinos

Los truchicultores artesanales andinos podrán mejorar la calidad de los animales que producen para consumo humano (Fotografía tomada de www.google.com)

Adriana Heras / Prensa ULA

Un investigador franco-español, el doctor Pierre Aguirre, integrante del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas de Francia y experto en el cultivo de truchas para consumo humano, se encuentra en Mérida cumpliendo dos objetivos: el primero de ellos es el dictado de talleres a los truchicultores artesanales de la región andina –que son un poco más de 200, según censo realizado el año pasado- y, el segundo, seguir trabajando con los docentes del Instituto de Inmunología Clínica de la Universidad de Los Andes (Idic), en la elaboración de un alimento alterno para truchas basado en harina de lombriz.

El doctor Angel Cova, integrante del Idic, indicó que el profesor Pierre Aguirre, durante su visita a las truchiculturas artesanales andinas, revisa algunos elementos que pueden incidir en la cría de la trucha como actividad comercial. “Examina la calidad de oxígeno disuelto en el agua, que la temperatura sea óptima y revisa el estado de salud del animal y la calidad de su carne. Con base en estas observaciones hace recomendaciones para mejorar la producción y calidad de este alimento, que es típico de nuestra región”.

El proyecto de investigación que la ULA realiza junto con el profesor Aguirre –destinado a producir un alimento para alevines de trucha con calidad nacional y a bajo costo- tiene como base la harina de lombriz Eisenia andrei y uno de sus objetivos es tratar de hacer frente a la merma que, se estima, tendrá la materia prima utilizada para alimentar animales destinados al consumo humano.

“Hemos estado buscando dietas alternas que puedan sustituir a la actual, que es a base de pescado, y hemos revisado algunos sustratos que tengan potencial para alimentar truchas específicamente. Iniciamos con la harina de lombriz, pues pensamos que es un anélido (gusano cilíndrico segmentado) que se reproduce rápidamente y tiene una cantidad de proteínas que pudiera ser similar a la del alimento convencional para las truchas”.

En el Idic este grupo de investigadores ya cumplió la primera fase, basada en estudiar la calidad de la harina, es decir, proteínas, vitaminas, grasas, azúcares y minerales; mientras que en la segunda fase investigaron si tenía elementos tóxicos pesados como mercurio y plomo. “En este momento ya la estamos probando en truchas y ratones, y observando su evolución en cuanto a peso, crecimiento y calidad de la carne”.

El profesor Pierre Aguirre, durante su estadía en Mérida, dictará talleres a los truchicultores artesanales de Mucuchíes, Santo Domingo y Gavidia, entre otras zonas de nuestra región, a fin de identificar los problemas que limitan una efectiva producción de truchas en los Andes para corregirlas.

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