Motorizados, los “reyes” de la calle





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“Mami, ponte el casco”, advierte, antes de permitir que aborde su moto de reluciente carrocería azul y frenos chirriantes. “Que si no, me multan”, añade, para aclarar que el objetivo es evitar un problema con la autoridad, no prevenir que el pasajero se rompa la cabeza. Acto seguido, arranca. En contrasentido, o “comiéndose la flecha”.

Se trata de un trabajo cualquiera en un día cualquier para Javier, un joven que presta el popular servicio de taxi en moto o “mototaxi” en la congestionada Caracas. Él es uno de miles de motorizados a quienes las autoridades proponen aplicar una nueva regla: prohibido circular por las autopistas en horas de la noche.
La disposición sería incluida en la normativa que regulará el tráfico en dos ruedas, y que la Asamblea Nacional comienza a discutir esta semana en mesas de trabajo.
“Nunca me ha pasado nada, porque manejo con cuidado”, dice Javier, mientras se cuela entre el apretado tráfico del mediodía. Esta vez, eso incluyó conducir a 100 kilómetros por hora por la autopista, saltarse un semáforo en rojo y transitar una cuadra entera por la acera.
Fueron cuatro infracciones en menos de diez kilómetros. Eso sí, el trayecto lo completó en siete minutos exactos, la quinta parte de lo que hubiera tomado en carro o en el sistema subterráneo de Metro.
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Según registros de los bomberos, en lo que va de año ha habido 228 accidentes en motocicleta con saldo de diez muertos en Caracas. Un estudio reciente de la universidad Diego Portales de Chile estimó que viajar en moto es 20 veces más riesgoso que trasladarse en automóvil y 30 veces más peligroso que desplazarse en autobús.
Rechazo
Sin embargo, la idea de la restricción nocturna en autopistas tiene que ver con una tercera razón de seguridad ciudadana asociada al uso y abuso de motos: la criminalidad.
“Ésta es una propuesta que hago motivado a la cantidad de vehículos que son asaltados todas las noches por bandas de motorizados que se dedican a estas actividades”, dijo el 17 de junio pasado el entonces presidente del Instituto Nacional de Transporte Terrestre, Franklin Pérez Colina.
En respuesta a esto, unos 4.000 motorizados se congregaron al día siguiente frente a la Asamblea Nacional para manifestar que no todos son delincuentes, y que si se implementaba la prohibición, sobrevendría el caos en las congestionadas ciudades. Ahí los diputados decidieron darles derecho de palabra en las mesas de trabajo este miércoles.

José, otro "mototaxista" que esperaba cliente cerca de una estación del Metro, le relató a BBC Mundo que su gremio es tan víctima como cualquiera. “Salí en una carrera a las siete de la noche y me robaron una moto. Unos muchachos se me pegaron atrás con una pistola y me tuve que parar”, relató.
De acuerdo con informaciones publicadas en la prensa nacional, más de 30 motorizados habían sido asesinados en Caracas durante el primer trimestre del año.
“El delincuente anda de día y de noche, montado en una moto, a pie, en autopistas, las calles. Por eso es que a veces no nos paramos en los semáforos. Uno se sacrifica para comprarse su moto y no va a quedar mal estacionado para que venga un ladrón y te mate”, señala Juan José.
“Depende”
Ésta parece no ser justificación suficiente para otros usuarios de la vía pública consultados por BBC Mundo, que coincidieron en la necesidad de poner orden.
“Son muy imprudentes, se le tiran a los carros, no tienen conciencia”, dice Juan, de profesión taxista. “Tienen más facilidades en la moto, hacen cruces indebidos, se comen la flecha”, añade su colega Javier.

La nueva ley de Tránsito, aprobada en agosto del año pasado, contempla la prohibición de zigzaguear, circular en paralelo a un automóvil a más de 60 kilómetros por hora o llevar más de un pasajero en la moto. Pero falta el reglamento que la haga ejecutable.
“El ministerio (de Transporte) no ha podido con los motorizados. Muchos no tienen experiencia, otros es por su trabajo, otros porque no pueden estar varados porque se les recalientan las motos. Otros porque son locos”, dice Alberto, en la parada de los taxistas.
“Depende del municipio, mi reina”, le dice a BBC Mundo el mototaxista José. “En algunos nadie hace nada porque los multan enseguida. En otras partes sí, porque los mismos policías lo aceptan”, añade.
Pero incluso en las localidades que sí multan – como Chacao, en el este de la ciudad – la autoridad se ve rebasada. Una oficial de circulación en bicicleta, que no quiso dar su nombre, admitió que los motorizados están imponiendo su “ley”.
“Aquí teníamos un reglamento, pero no nos dieron apoyo de otras policías, de otros municipios. Si todos se pusieran de acuerdo, los meteríamos en cintura”, señaló.
“Los motorizados son los reyes de la calle”, se queja Alberto Pernía, una cuadra más abajo. Pernía quiere hacer la salvedad de que “no son todos”, a pesar de una experiencia personal negativa. “A mí me chocaron la camioneta y el motorizado como si nada, se marchó. Yo me quedé con el problema porque ellos no tienen quien les diga que asuman su responsabilidad”.

En opinión de este conductor, “eso es falta de institución, falta de gobierno; no es que estampen el documento y declaren a la prensa, sino que hagan cumplir las leyes”.
En respuesta a estas críticas, el ex director del Instituto de Tránsito, Franklin Colina, dijo en mayo pasado que en julio comenzaría a multarse a motorizados que no cumplieran con ciertas disposiciones, como usar el casco. El funcionario afirmó que se había dado la oportunidad a los fiscales de detener a los infractores y hacerlos entrar en razón, pero admitió que “pasaba el tiempo y no se corregía el problema”.
“Los motorizados son un mal necesario”, dice, mientras tanto, un cliente que contrata los servicios de José frente al Metro. “Ojalá no fueran tan locos”.

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