Mercedes Camperos: Debemos perder el miedo a ser evaluados


Mercedes Camperos, magíster en Evaluación de la Educación, UCV.


Profesores de la Facultad de Ingeniería en pleno taller del proceso de evaluación del aprendizaje.

Danilo Figueroa/Prensa ULA
Fotografía: Ramón Pico

La evaluación del proceso de aprendizaje en las universidades venezolana es un tema de urgencia, al cual la Universidad de Los Andes se integró, inicialmente, a través de la Facultad de Odontología, y ahora se le suma la de Ingeniería.

La profesora Mercedes Camperos, proveniente de la Universidad Central de Venezuela y coordinadora de la Maestría en Evaluación de la Educación, sostuvo este martes 16 de junio del año en curso, el primero de los talleres con los docentes de la Facultad de Ingeniería de la ULA, para afinar detalles académicos que le permitirán asumir los cambios pertinentes a los cánones de evaluación del aprendizaje y de las competencias curriculares. En el caso de la Facultad de Odontología, el proceso de evaluación está prácticamente listo, restándole sólo la etapa final.

Estos talleres son parte de un proyecto marco que está desarrollando la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu), cuya intención es el aseguramiento de la calidad de las carreras universitarias.

Los criterios, concepciones y propósitos que se plantean para evaluar el aprendizaje, así como la labor de calibrar el perfil de esta evaluación, es parte del trabajo emprendido. No obstante, para la docente existe un cúmulo de problemas complejos que se deben atacar a la par de generarse los cambios en dichos procesos de la evaluación.

“Uno de los problemas más evidentes que hemos detectados para evaluar el proceso del aprendizaje, es el excesivo número de estudiantes que hay por profesor. Cuando un docente tiene muchos estudiantes, se recargan sus responsabilidades, o si su función no es a dedicación exclusiva, se hace difícil o casi imposible, el rol pedagógico de la evaluación”.

Este proceso, según la magíster, es una acto de comunicación integral, entre el estudiante y el profesor, entre el profesor y sus colegas y la misma comunidad que envuelve al joven. Es preciso contar con el tiempo suficiente, tanto para planificar el proceso de enseñanza como para aplicar la evaluación.

“A los profesores que tienen una figura laboral de medio tiempo o convencional,
no se le puede exigir todo lo que debe hacer para cumplir con la función pedagógica”.

Camperos, agrega que otra de las limitaciones de este proceso son las condiciones de formación y conocimientos con las que ingresan los bachilleres a la universidad. Dijo que es necesario reconocer que las condiciones de los que egresan del bachillerato son de muy bajo nivel. Es por eso que las universidades deben comenzar a planificar la forma de nivelar a estos bachilleres, mediante cursos introductorios.

A la masificación estudiantil, se le debe sumar el incremento del plantel profesoral, así como una partida presupuestaria suficiente para pagar a preparadores y auxiliares. También impera una excelente dotación de aulas, de bibliotecas, laboratorios, servicios de comedor y el resto de beneficios para la tranquilidad de los estudiantes con situación socio económica en desventaja.


“Podemos tener a los estudiantes en las aulas, pero si no se cumplen con los objetivos y no somos eficaces, no estaremos logrando absolutamente nada. La educación es un problema complejo que no podemos dejárselo sólo a los profesores o planificadores, pues su exigencia está en el compromiso y trabajo conjunto”.


¿Y el resto de las universidades?

Para Mercedes Camperos, cuando se habla de evaluación se traduce en miedos y temores, porque se ha visto siempre como una acción punitiva o descalificadora. En realidad la evaluación es una labor que debe ser comprendida como el diagnóstico de las condiciones, la detección de carencias y las propuestas de soluciones.

“Este trabajo lo comenzamos con las ocho facultades de odontologías del país. Sólo la perteneciente a la Universidad Central de Venezuela terminó el proceso, y la facultad adscrita a la ULA tiene un buen avance al respecto. Las demás no se han incorporado quizá, más por miedo que por negligencia”.

Se pretende con esto, culminar el proceso ya iniciado en la Facultad de Odontología de la ULA, a los fines de poder presentarle a la Opsu, un informe sobre la realidad de logros curriculares y necesidades para el encauzamiento de respuestas.

Trayectoria

La profesora Mercedes Campero se inició como educadora del preescolar. Trabajó en cada uno de los grados de primaria. En la Educación Media cubrió de primero a tercer año. Fue docente en la Academia Militar y Jefe del Departamento de Evaluación de esta academia. En estos momentos es docente titular (Jubilada) de la UCV y coordina la Maestría en Evaluación de la Educación.

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