Apresan a capo en Caracas



TalCualDigital.com

***Salvatore Miceli, sospechoso de ser intermediario clave en el tráfico de drogas, fue arrestado en operativo conjunto entre autoridades de Italia y Venezuela


Un prófugo de la justicia italiana, considerado el más peligroso personaje de la delincuencia organizada, fue arrestado cuando salía de su departamento en Caracas, informó la policía el domingo.

Salvatore Miceli, sospechoso de ser un intermediario clave en el tráfico de drogas, había sido vigilado durante tres días en una operación conjunta de la policía de Italia y de Venezuela antes de ser arrestado el sábado, dijo el jefe de la policía de Trapani, una ciudad de Sicilia.

En la operación también fueron detenidos otros dos italianos sospechosos, agregó la declaración sin dar detalles.

Micheli figuraba como uno de los 30 prófugos más peligrosos de la mafia en Italia, a quien se le busca por tráfico de drogas.

Era buscado por la ley desde 2001 y se sospecha que fue intermediario del narcotráfico entre los carteles de la droga colombiana y grupos de la delincuencia organizada italiana conocidos como la Cosa Nostra y 'ndrangheta, otro grupo que opera en la región de Calabria, en el sur de Italia.

"La investigación confirmó esencialmente la participación de Micheli como principal parte del tráfico de drogas y su habilidad de establecer vínculos estrechos con varios grupos transnacionales del crimen organizado", dijo en la declaración.

El ministro del Interior italiano Roberto Maroni felicitó a la policía italiana, los Carabinieri, por tan "importante operación".


Nos subimos de nuevo al polaquito, otra vez mi hermano dormía profundamente. En efecto ya el guardia de seguridad, ahora sí totalmente en su papel de escoge-hombres, revisaba con sumo cuidado los trozos de periódico cortados a mano, cual si fueran los papeles moneda más sofisticados del mundo.

Pasamos los tres con orgullo la verja que separa la acera rota del interior de la sección visas de la embajada mexicana. El escudo de un águila sobre un cactus me confirmó que pronto tendríamos un veredicto, me remitió al instante a nuestro perro Lobo, que ya no vería en el patio, al fin de nuestros maratones de dominó con los vecinos, a mis tantas horas de estudio para el examen de ingreso a una escuela que ya no conocería. Eso, y la sorpresa de que el país donde viajaría también se llamaba Estados Unidos.

Eran las 8:46 de esa mañana 11, eso decía la pantalla electrónica de dígitos rojos a la entrada del salón. Adentro aguardaba un numeroso grupo de otros como yo, que en las horas de espera jamás había visto.

Nuestro modesto 28 se volvió casi al instante en un flamante 00356, impreso en un aparato exclusivo para él, con letras grandes y bien negras adornadas por muchos escuditos mexicanos en sorprendente marca de agua. Enseguida calculé: ¡00356 sumado era 5!

Es decir, el peor número que en toda mi vida la suerte había deparado. Con un nudo en el estómago, nos sentamos al final del túnel.

Luego todo sobrevino simultáneo: una señora enorme toda maquillada de rojo entró a la sala destilando Givenchy (un perfume carísimo que le regalaban seguido a mi mamá). Sin decir palabra encendió la televisión en el canal de CNN en Español. Mi hermano se despertó, preguntando qué pasaba, una persona junto a mí se admiró: mira, aquí tienen satélite.

Yo sólo veía humo en la tele y unas pequeñas letras que pasaban en cintillo por la parte baja de la pantalla. No alcanzaba a leerlas, al menos 20 metros me separaban de allí.

Se cancelan las citas hasta previo aviso, México no puede permitir entradas por ahora, dijo la gorda, y desapareció con la maldición que había traído, cambiando el recuerdo del olor que mi madre me había significado desde siempre. Más tarde supe: habían atacado el World Trade Center en Nueva York, mi familia no se reuniría por ahora.

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