OEA afronta una Asamblea difícil con fuertes críticas en sus filas


Asamblea de la OEA en su sede en Washington

EL NACIONAL

Fuentes aseguran que hay nerviosismo en el seno de la organización tras la amenaza de Venezuela y Bolivia, que podrían abandonarla y crear una nueva alternativa

La OEA afronta la próxima semana su XXXIX Asamblea General acosada por las críticas de inoperancia procedentes, incluso, de alguno de sus miembros, como Venezuela y Bolivia, que podrían estar pensando en abandonarla y crear una alternativa.

Las críticas contra la Organización de Estados Americanos (OEA) no son una novedad, pero en los últimos seis meses se han intensificado y la frecuencia con la que algunos países arremeten contra el organismo hemisférico, que se creó hace 61 años, se ha incrementado notablemente a pocos días de la Asamblea General.

El detonante o el pretexto es Cuba y el debate en torno a su relación con Estados Unidos y el levantamiento de la resolución que suspendió en 1962 a ese país de su participación en el Sistema Interamericano.

Diferentes fuentes han indicado a Efe que en el seno de la OEA hay "mucho nerviosismo" por lo que puede pasar en la Asamblea, a cuya inauguración, a pesar de que es en principio una cita de cancilleres, se prevé asistan los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Fernando Lugo, de Paraguay, y Daniel Ortega, de Nicaragua.

Mucho está en juego en la XXXIX Asamblea General, tanto para la OEA como para los países miembros. En principio, todos están de acuerdo en la necesidad de facilitar a Cuba un posible reingreso al organismo interamericano, pero las fuertes diferencias y divisiones políticas dificultan llevar a cabo la iniciativa.

El canciller venezolano, Nicolás Maduro, dejó el jueves claro que la permanencia de su país en la OEA depende de lo que ocurra en la Asamblea General, que se celebrará el 2 y 3 de junio en Honduras.

"El presidente Hugo Chávez (...) ha sido muy claro sobre este tema. Nosotros estamos en un proceso de revisión global de nuestra permanencia en la OEA y dependerá de lo que suceda en la XXXIX Asamblea General", dijo en declaraciones a Venezolana de Televisión.

Venezuela no es el único país que se plantea su futuro en la Organización hemisférica. Otros países como Nicaragua, Bolivia y Ecuador se han pronunciado en el pasado en el mismo sentido y varias naciones incluso han propuesto la creación de un nuevo organismo sin la participación de EE UU.

El presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, cree que "no hay que sorprenderse" por esta reacción de Venezuela y de algunos de sus aliados, si se tiene en cuenta la complicada relación que mantienen con Estados Unidos, pero considera que estas críticas no suponen una "amenaza" para la OEA.

Este experto en asuntos de Latinoamérica opina que Venezuela "es el único país con empuje" de todos que amenazan con salirse de la OEA, dado que el resto "necesita a la OEA más que la OEA a ellos".

En diciembre, en Brasil, 33 países de la región pusieron los cimientos para la creación, en 2010, de un nuevo mecanismo que podría llamarse Unión de América Latina y el Caribe.

Pocos días después, Correa explicó que lo que buscan es que el Grupo de Río "se convierta en la nueva Organización de Estados Latinoamericanos", que sustituiría, en la discusión de los problemas regionales, a la OEA.

La última advertencia hacia la OEA se produjo el lunes en Cumaná (Venezuela), donde se celebró una reunión de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

Chávez, quien se refiere públicamente a la OEA como "el ministerio 'gringo' de las colonias" y reitera que el organismo "no sólo no sirve para nada, sino que sirve a EE.UU.", afirmó que le "encantaría acompañar a Cuba" en la formación de un "primer núcleo de una nueva organización de países libres, soberanos y libres".

Hakim considera que, pese a las amenazas, "nadie quiere realmente salir de la OEA, la cual, admite, "no siempre ha funcionado pero lleva muchos años siendo el foro de diálogo de diferentes ideologías" en la región.

Este experto considera que las diferencias en el organismo interamericano no tienen que ver con la capacidad o eficiencia de la OEA, sino con una división ideológica.

"Siempre cuando hay división hay problemas con la OEA, pero no es peor que antes, cuando hubo dictaduras" en Latinoamérica, concluyó.

La Asamblea General será un buen termómetro para medir si las críticas hacia la OEA son serias y se materializan en algo concreto o se quedan, nuevamente, en la retórica.

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