Argentina sufre su peor sequía










El Ejecutivo aprueba ayudas de emergencia ante la muerte de miles de vacas

Argentina, el granero del mundo y el mayor productor de carne de vacuno, sufre la peor sequía de los últimos 50 años, con miles de animales muertos de sed y de falta de forraje y unas pérdidas de cosechas de maíz y trigo que en algunos lugares llegan al 40% y que en el conjunto del país superan ya el 10% de la producción agrícola global. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ha aprobado la declaración de emergencia agropecuaria nacional, que difiere durante un año el pago de diferentes tipos de impuestos, y la distribución directa, de urgencia, de miles de toneladas de grano, destinadas a evitar la muerte del ganado en zonas de la llamada Pampa húmeda.
La sequía, que dura ya cerca de ocho meses y que según los expertos se puede prolongar durante mucho tiempo, esta provocada por el fenómeno atmosférico denominado La Niña, en las corrientes del Golfo. Por el momento, ha causado un auténtico desastre en, al menos, cinco provincias argentinas: Entre Ríos, Chaco, Santiago del Estero, Chubut y San Juan.

En Entre Ríos la falta de agua ha matado a miles de vacas y en muchos lugares se aprecia a simple vista el fuerte enflaquecimiento de las reses. En Chubut, se calcula que ha podido morir un millón de ovejas. La sequía es también apreciable en Santa Fe y en amplias zonas de la provincia de Buenos Aires. Incluso en la capital porteña, tradicionalmente verde, se ha impuesto ya un color amarillo poco frecuente.

Los canales de televisión transmiten continuamente reportajes con agricultores y ganaderos desesperados que piden ayuda para evitar la muerte de los animales y la pérdida de las cosechas y que consideran insuficientes las medidas de apoyo. La reunión de la Comisión Nacional de Emergencia agropecuaria se cerró el martes sin que fuera posible llegar a acuerdos sobre otras peticiones de los afectados que exigen, por ejemplo, cobrar 200 pesos (57 euros) por animal muerto.

El Gobierno ha dejado claro que ayudará al campo, pero que no está dispuesto a rebajar las retenciones a la exportación, algo que, según sus portavoces, sólo favorecería a los grandes exportadores de soja, que tienen millones de toneladas guardadas en silos y en las famosas bolsas-silo. Las retenciones a la exportación (un 35%) constituyen una de las principales fuentes en las que se nutre la Hacienda argentina y han sido el principal punto de enfrentamiento entre el campo y el Gobierno de Cristina Fernández.

Los Kirchner aspiran a que las medidas contra la sequía ayuden a mejorar sus relaciones con las organizaciones agrarias, fuertemente deterioradas desde el año pasado, pero tropiezan con una economía sometida ya a grandes tensiones como consecuencia de la crisis financiera mundial.

Según fuentes oficiales, el aplazamiento en el pago de los tres impuestos concretos que ha acordado la presidenta supondrá una merma de ingresos de 5.000 millones de pesos (431 millones de euros), de los cuales, unos 1.500 millones serán asumidos por los Gobiernos de las provincias.

Son malas noticias, cuando faltan pocos meses para celebrar unas elecciones legislativas, la época en la que tradicionalmente los presidentes del Gobierno necesitan más dinero para aplacar las reivindicaciones de los gobernadores provinciales. (Tomada de: El Pais.com)

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